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Columna
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La irritación de Euskal Herritarrok

Arnaldo Otegi: 'Los únicos que no explican su proyecto para el día 14 son los del PNV'

Euskal Herritarrok no hace encuestas, pero tiene claro que el día 13 va a experimentar un retroceso respecto a los resultados de 1998. Entonces, premiada por la tregua de ETA, consiguió 224.000 votos y 14 escaños, el récord de su historia. ¿Hasta dónde puede bajar ahora? Arnaldo Otegi afirma que un buen resultado sería regresar a los datos de 1994: 166.000 votos y 11 escaños, pero los sondeos -los de otros partidos- indican que la caída va a ser más marcada y que pueden no llegar a 10. Sea como fuere, es evidente que una parte de ese voto se va a ir al PNV y que los nacionalistas se han convertido en estas elecciones en el principal objetivo a criticar en los mítines de EH. Los reproches, que hasta ahora se habían mantenido en un tono moderado, han empezado a aumentar de intensidad a raíz de las declaraciones de Ibarretxe en el sentido de que no gobernará con los independentistas, 'mientras que no renuncien a la violencia'. Otegi conoció estas declaraciones de Ibarretxe cuando se preparaba, el miércoles, para dar un mitin en Rentería, una localidad guipuzcoana donde EH tiene más concejales (6) que el PNV (4), pero donde gobiernan los socialistas (8). Aunque habitualmente EH, por decisión de su Mesa Nacional, no consiente la presencia de EL PAÍS en sus actos (los periodistas de este diario han sido expulsados de ruedas de prensa y acontecimientos similares), en esta ocasión Arnaldo Otegi aceptó comentar el desarrollo de la campaña. La charla, como después el mitin -que el dirigente de EH dio en euskera y en español, quizás como un gesto hacia los periodistas no vascos presentes en el auditorio municipal Niessen-, giró en torno a un único y duro tema: el PNV, su falta de memoria y de proyecto.

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Otegi habló sin necesidad de papeles, pasando del español al euskera con fluidez. Su público, al menos en este mitin de Rentería, estaba integrado, fundamentalmente, por jóvenes que entendían y hablaban euskera (la oradora que le precedió habló exclusivamente en esa lengua) y por algunas personas mayores que alguien de la organización identificó como familares de presos. (Entre 500 y 600 miembros y colaboradores de ETA cumplen en estos momentos condenas de cárcel, lo que supone que unas 10.000 personas, el 0,5% de la población, están implicadas en el problema). El teatro, de gestión municipal, estaba prácticamente lleno y el escenario se decoró de forma bastante austera, con una ikurriña y grandes pegatinas, en amarillo, de EH.

Aunque Otegi no aludió a ello, es evidente que uno de sus problemas electorales ha sido la ruptura de la tregua, sólo mitigado por el hecho de que desde el 20 de marzo no se han registrado más asesinatos y que también ha descendido la intensidad de la lucha callejera. La ausencia de asesinatos está haciendo que vuelva a aparecer en el País Vasco una imagen virtual de calma, que puede desaparecer en cualquier minuto si así lo decide ETA porque no existe una tregua real, pero que coloca a muchos ciudadanos en una especie de 'paraíso artificial' en el que es más difícil recordar la reciente muerte del joven ertzaina.

Otegi está intentado movilizar el voto fluctuante de su partido con el mensaje de que sólo ellos podrán obligar al PNV a seguir la senda de Lizarra y de la 'construcción nacional'. 'Si el PNV quiere' -afirma Otegi- 'podemos derrotar a Mayor Oreja. Esa es nuestra oferta, y va incluida en ella un Gobierno para la construcción nacional'. El dirigente de EH considera indigno que el PNV no presente un programa para el 14 de mayo. 'Los españoles tienen al menos la decencia de decir cuál es su proyecto. Los únicos que no explican qué van a hacer son los del PNV'. La irritación de Otegi se trasladó en el mitin de Rentería a los posibles votantes nacionalistas, a quienes advirtió con dureza: 'Más pronto que tarde habrá que recordar que sólo quienes votaron a EH podrán decir que, lejos de la comodidad, sostuvieron a este país'.

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