Cinco muertos al volcar un autobús en Ciudad Real
El subdelegado del Gobierno afirma que llovía mucho a la hora en que ocurrió el accidente
'El único hecho constatable es que llovía mucho. Todo lo que se refiere a pruebas físicas o psíquicas y del vehículo están siendo investigadas para determinar responsabilidades si las hubiera', aseguró ayer Jaime Lobo, subdelegado del Gobierno en Ciudad Real.
Los fallecidos son: Daniel Guzmán Manzano, de 24 años, residente en la localidad madrileña de Parla; Begoña González Galán, de 27 años, que vivía en Alcalá de Henares; el niño marroquí Mohamed Tazin, de 13 años, y su padre Alica; y la ciudadana estadounidense Dayna Gray, de 24 años, que residía en Madrid. Seis de los 21 heridos seguían anoche ingresados. La heridas de mayor gravedad las sufrió la ciudadana colombiana Lilliam Montoya Osorio, que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente de heridas en el brazo y pierna izquierdas. Se encuentra en el hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas, donde también permanecen ingresados en observación el conductor del autobús, Miguel Ángel Clemente Bajo, de 58 años, y dos ciudadanos de nacionalidad marroquí, Mohamed Elmuden y Harnid Elmerudi. En el hospital Virgen de Altagracia de Manzanares permanecen con contusiones leves Amalia Galán Leoarda e Inmaculada López Olivares.
Un joven español que viajaba en el autocar relató a Efe cómo vivió el accidente y explicó que, como la mayoría de los pasajeros, se encontraba dormido cuando 'de repente' sintió 'un golpe por detrás en la espalda'. 'Estaba apoyado en la ventanilla y sólo escuchaba los llantos y gritos de ayuda', dijo.
El vehículo, con matrícula M-9958-TK, pertenecía a la empresa José Moreno e Hijos, SL, estaba contratado por la sociedad Daibús y cubría la línea regular Madrid-Málaga-Algeciras. Ayer salió de Madrid con 20 minutos de retraso. El autocar había pasado la ITV en octubre y tenía cinco años de antigüedad. El subdelegado del Gobierno dijo que al volante iba un conductor muy experimentado, 'con muchos años al volante'. Miguel Ángel Clemente, de 58 años, realizó todas las paradas reglamentarias, como lo demuestra el tacógrafo, aunque, según algún testigo, circulaba deprisa; pero este extremo 'habrá que confirmarlo', dijo el subdelegado. Éste desmintió que el lugar donde se produjo el siniestro, el kilómetro 217,500 de la N-IV, sea un punto negro de esa autovía. Sí reconoció la existencia de puntos negros en los kilómetros 208 y 229 de esa misma carretera.
En otros tres accidentes de tráfico ocurridos en Fuerteventura, Castellón y Mallorca fallecieron ayer cinco personas.
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