El árabe por bulerías

Mientras los políticos se empeñan en convertir la inmigración en un problema y las diferencias culturales en un estigma, los artistas enfocan el asunto desde otra perspectiva y encuentran algo más valioso: la riqueza que hay en el intercambio de culturas. Eso es lo que anoche demostraron músicos españoles y marroquíes en un concierto en el que, sin mezclarse, sin fusión alguna, sus respectivos estilos musicales, el flamenco y la música andalusí, se entrelazaron estrechándose las manos. El árabe sonó por bulerías y las nubas parecían del Sacromonte.

El encuentro de once músicos, como los cantaores Segundo Falcón y Arcángel, y los guitarrista Miguel Ochando y Jarana, y los integrantes de la Orquesta Chekkara de Tetuán, liderada por Jallal Chekkara, era una idea largamente acariciada. Después de unos meses de contactos, bajo la dirección artística de un alemán experto el flamenco que responde al nombre de El lobo de Tarifa, los músicos se subieron anoche al escenario del Teatro Isabel la Católica para mostrar su espectáculo Cus-cús flamenco.

'No es fusión, aquí ninguna música se impone a otra', explicaba Juan Mesas, productor del espectáculo. 'Se trata de un encuentro entre músicas, de buscar los puntos en común que tienen los dos lados del Mediterráneo'.

El proyecto se desarrolló con una enorme soltura. 'Entre artistas el concepto del racismo no existe', afirmaba Jallal Chekkara. Para nosotros ha sido muy fácil todo, porque hay muchas cosas comunes entre ambas músicas'. Con él coincidía Youssef El Mezghildi, intérprete de kanún, un instrumento exquisito: 'Hay muchas cosas del flamenco que se parecen a la música andalusí'. Al final del concierto, dejaron bien sentado que las músicas hacen hermanos, y que las migas vienen del cus-cús.