El Banco Mundial alerta sobre la dramática situación de África pese a la ligera mejora en las cifras de pobreza
El Banco Mundial hizo ayer un dramático llamamiento a la comunidad internacional: sin ayuda urgente por parte de los países más desarrollados, la mayor parte de África no tiene ninguna perspectiva de salir de la catástrofe en los próximos años.
El número de miserables en el mundo que viven con menos de un dólar al día descendió ligeramente el año pasado (de 1.300 millones a 1.200 millones, de una población mundial de 6.000 millones de personas), gracias a la mejora de amplias zonas deprimidas, principalmente en Asia. Pero muchos otros en África no sobrevivirán si no se toman medidas urgentes, según afirmó Nicholas Stern, economista-jefe del Banco Mundial.
Stern presentó ayer los indicadores de desarrollo mundial (World Development Indicators), un amplio estudio sobre las condiciones en las que sobreviven amplias capas de la población mundial: diez millones de niños murieron en el año 1999 con menos de cinco años, la mayoría de enfermedades perfectamente curables, y medio millón de mujeres fallecieron el año pasado durante el embarazo o la lactancia de sus hijos, de complicaciones menores absolutamente superadas en los países desarrollados.
A pesar del dramatismo de estas cifras, la situación, según Stern, ha mejorado en los últimos años. En todo el mundo, el porcentaje de personas que viven con menos de un dólar al día ha caído seis puntos porcentuales (del 29% al 23%) en los últimos diez años, y en cifras absolutas, cien millones de personas han salido de esa pobreza extrema desde 1990.
Sin embargo, estas mejoras están concentradas geográficamente en Asia (sin contar China), lo que sugiere que el tremendo desarrollo vivido por algunos países asiáticos en la década pasada (hasta la crisis de 1998) ha aliviado notablemente la pobreza de millones en esa región. Por contraste, la situación en el África subsahariana no ha hecho más que empeorar, agravado además por la extensión del sida.
El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, ha repetido este fin de semana su llamamiento a los países industrializados para que incrementen hasta el 0,7% del PIB la ayuda a los países más pobres (actualmente está en el 0,24%) y sobre todo, que abran sus fronteras al comercio de estos países, la mejor medida en estos momentos, según los expertos del banco, para aliviar la miseria en el Tercer Mundo.
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