Ferrero gana el Conde de Godó

Los espectadores comenzaban ya a mirar el reloj con impaciencia en la pista central cuando Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyà arrancaron en la quinta manga de la final del Trofeo Godó. Algunos de los 6.000 aficionados parecían tener prisa. '¡Venga, Charly, que ya empieza el Barça!', le gritaron desde la grada a Moyà. Pero, a medida que llegaba el momento decisivo, todos recuperaron el gusto por el tenis. Y el juego final, el que acabó dando el triunfo al jugador de Ontinyent, valió por el torneo.

Ferrero ganó por 4-6, 7-5, 6-3, 3-6 y 7-5 y pudo alzar finalmente los brazos y señalar con el dedo índice hacia su familia. Tarde o temprano, acabó lanzando un beso al cielo en recuerdo de su madre, fallecida cuando tenía 16 años, como es habitual en sus grandes victorias. No pareció emocionarse excesivamente. Pero tampoco pareció sudar durante las más de cuatro horas que duró la final, y lo hizo, seguro.

'Espero volver a estar en la final el año que viene, otra vez con Carlos', atinó a decir por el micrófono de la pista tras levantar el trofeo de campeón. 'Espero... Bueno, espero... no', se rectificó a sí mismo para no desear que Moyà ganara el próximo año. 'Bueno, si nos encontramos en la final, igual te dejo ganar', concluyó entre risas.

Pero no lo hará. El Godó es un trofeo demasiado preciado para los tenistas españoles como para andar con concesiones. Todos, los 18 que lo iniciaron sueñan con saborear la gloria de ganar en casa. Pero es algo que sólo han conseguido nueve jugadores: Andrés Gimeno, Manuel Santana (dos veces), Manuel Orantes (tres), Juan Gisbert, Emilio Sánchez, Carlos Costa, Albert Costa, Félix Mantilla y, desde ayer, Juan Carlos Ferrero.

En el Godó ningún español regala nada y así pudo constatarse ayer en la final. El partido tuvo fases de grandes aciertos, pero también de grandes errores. No fue brillante hasta la quinta manga, pero allí las alternativas en el marcador le dieron emoción. Moyà pareció encarrilarla cuando rompió el saque de Ferrero en el juego inicial y cuando con 3-1 dispuso de dos bolas de break para el 4-1. Pero el de Ontinyent las salvó, igualó a tres y mantuvo sus opciones hasta el juego final. 'La clave estuvo ahí', reconoció Moyà. 'Con 4-1 el título no se me escapa'.

Sin embargo, ninguno de los dos quería rendirse y la prueba la ofrecieron en el juego final, con 6-5 para el valenciano y servicio de Moyà. Cada punto se convirtió en una batalla épica en la que ambos ofrecieron lo mejor de sí mismos. Moyà salvó dos bolas de partido con un gran primer saque y una volea brillante en la red. Dispuso incluso de dos para forzar el desempate, pero sucumbió finalmente en el tercer match-ball cuando estrelló en la red un smash desde el fondo.

'Este partido no mereció perderlo nadie', afirmaron los dos. 'Desaproveché mis oportunidades', agregó Moyà. Y Ferrero, que había levantado dos bolas de partido en su debú ante Voinea, concluyó: 'Ha sido la final más dura de mi carrera. Sólo las ganas de vencer me han llevado al triunfo'. El Godó es su tercer título del año, tras los de Dubai y Estoril. Tanto él como Moyà están a punto para Roland Garros.