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Reportaje:

El largo adiós

El patrón de la editorial Planeta, José Manuel Lara Bosch, dejará su cargo ejecutivo en la empresa dentro de cinco años, cuando cumpla los 60

Tan visionario como gestor; más sanguíneo que reflexivo; pero también más ambicioso que pragmático. José Manuel Lara Bosch, el hombre fuerte de Planeta, con apenas 55 años cumplidos, tiene intención de dejar su cargo ejecutivo el cumplir los 60. Ha anunciado que prepara una sucesión escalonada y que delegará la responsabilidad del día a día en la gestión del grupo editorial en alguien de su confianza. Pero no hay nada claro en cuanto al sucesor. Tan sólo la voluntad de ceder el puesto de primer ejecutivo, sea o no de la familia, recalcan en la empresa.

Lara Bosch anunció su decisión hace pocos días; y con ello desató la inquietud entre algunos miembros de su familia, al decir que su sobrina Laura Falcó podría ser una buena candidata. Pero todo está abierto, insisten en la empresa.

Lara preside un comité ejecutivo formado por cuatro directivos ajenos por entero a la familia

Lara tiene cuatro hijos y dos hermanas; una de ellas sin descendencia; y la otra, Irene, es la madre de la citada Laura Falcó. Su otro hermano, Fernando, murió en accidente de automóvil en 1995, dejando esposa y dos hijos.

El traspaso de la primera a la segunda generación de la familia propietaria de Planeta se había producido pocos años antes de la muerte de Fernando, cuando éste, el más joven de los dos hijos del editor, asumió la responsabilidad del núcleo central de la editorial. Por su parte, José Manuel Lara Bosch fue nombrado responsable de Planeta de Agostini.

Como muchas empresas familiares, los Lara están elaborando un protocolo familiar de sucesión para establecer quién será el próximo primer ejecutivo de la empresa. En él se establece la posibilidad de que un alto cargo, que no pertenezca a la familia, pueda convertirse en el máximo responsable del grupo. 'La sucesión en la gestión diaria podría recaer en Falcó, pero no necesariamente; también podría ser otra persona del entorno familiar o profesional', insisten en la empresa editorial.

Su salida del cargo no le apartará, cuando llegue el momento, de la empresa. La intención de José Manuel Lara Bosch es permancer en los órganos de gobierno del grupo, aunque fuera del día a día.

Tras la desaparición de su hermano Fernando, José Manuel pasó a convertirse en consejero delegado, el máximo cargo del Comité Ejecutivo de Planeta, responsable de la gestión, y en el que no figura ningún otro miembro de la familia. Este órgano está integrado por otros cuatro miembros: Josep Miquel Abad -director general de estrategia de la editorial y ex consejero delegado del Comité Olímpico Barcelona 92-; Luis Daniel Sanz (gestión); Francisco Constanz y Josep Crehueras. Este último es el albacea de los hijos de Fernando Lara y asesor del presidente, el veterano Jose Manuel Lara Hernández, fundador del grupo, ausente de la primera línea ejecutiva del grupo desde hace ya algunos años.

Además de los citados, entre los responsables de Planeta destaca Manuel Lombardero, considerado dentro del grupo el alma máter de los principales productos editoriales de Planeta, como las enciclopedias que se venden a crédito y cuya contribución a la cifra de negocios total ronda el 26%.

En los últimos tiempos, el Grupo Planeta ha vivido cambios importantes en su management. Uno de ello, el abandono de Ángel Vila, que aterrizó en la editorial desde la dirección de negocios de Telefónica y que en poco tiempo regresó para representar a la operadora en el consejo de administración del BBVA. Otro de los cargos renovados por Planeta es la dirección de nuevos negocios -Planeta 2010-, cargo que ahora desempeña Ramón Mas, ex directivo de Celbasa-Ato, ex consejero delegado de General Óptica y miembro del plenario de la Cámara de Comercio de Barcelona.

Planeta 2010 agrupa los nuevos segmentos de negocio de la comunicación e Internet. El crecimiento de esta divisón en Planeta ha sido exponencial en los últimos años, con inversiones de entre 5.000 y 10.000 millones de pesetas. Sin embargo, recientemente la apuesta por Planeta en empresas de contenidos y canales de televisión ha entrado en una fase de incertidumbre, tras la dimisón de José Manuel Lara Bosch de la presidencia de Quiero TV. En los últimos años, Planeta ha comprado el 10% de Tele 5, el 33% de Canales Temáticos y el 10% de Lola Films.

En la actualidad, el grupo tiene en marcha una inversión de 5.500 millones de pesetas en la creación de un banco de contenidos enciclopédicos en formato digital. El grupo anunció hace unos meses que prepara inversiones en el sector de los medios de comunicación por un total de 17.000 millones de pesetas en otros segmento todavía no definidos.

El Grupo Planeta se ha convertido en los últimos años en una empresa de gran tamaño. Facturó 125.000 millones de pesetas en 1999, lo que significa una tercera parte del negocio editorial español. Registró un aumento del 4% en sus ventas y sus beneficios alcanzaron la cifra de 8.500 millones de pesetas.

José Manuel Lara Bosch ha anunciado que prepara su retirada pocos meses después de asumir la presiencia del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), el lobby de las empresas familiares, cargo en el que el pasado mes de diciembre sustituyó a Rafael del Pino, presidente de Ferrovial. Su etapa en el IEF coincide con el patrocinio de diversas cátedras de empresa en universidades españolas. Desempeña una vicepresidencia del Círculo de Economía y es miembro del consejo de administración de la Fira de Barcelona.

Lara opina que el IEF no puede quedar al margen del fenómeno histórico que representa la sociedad de la información. Ha señalado que la sociedad está a las puertas de una revolución comparable a lo que fue en el siglo XIX la revolución industrial. Por eso, la apuesta de Lara por las nuevas tecnologias es patente. La otra prioridad de Lara en el mundo de la empresa familiar es la implantación de un estatuto jurídico de estas empresas que les reconozca sus características específicas y que regule, entre otras cosas, qué son y que dé un marco legal a las relaciones entre la empresa y la familia, que ahora se rigen por protocolos privados. Lara ha insistido en varias ocasiones en que el IEF 'no es un club de élite a pesar de que sólo tenga asociadas a un centenar de grandes empresas. La facturación de sus asociados equivale al 8% del PIB español.

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