Moyà-Ferrero, cuarta final española
El mallorquín y el valenciano derrotan en las semifinales al sueco Enqvist y al suizo Kratochvil
Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyà dirimirán hoy (16.00, La 2) la cuarta final española en la historia del Trofeo Godó de tenis. Uno y otro han demostrado a lo largo de la semana que son los más fuertes física y mentalmente. Como consecuencia, ayer accedieron a la última ronda con victorias sobre el suizo Michel Kratochvil (7-5, 6-2) y el sueco Thomas Enqvist (6-3, 6- 3), respectivamente. Ferrero disputará su segunda final consecutiva en Barcelona, tras perder el año pasado con su amigo Marat Safin. Moyà ha roto la barrera que le atenazaba hasta ahora -había caído cuatro veces en las semifinales- y ha logrado su primer triunfo sobre Enqvist en los cinco enfrentamientos jugados.
La final promete emociones fuertes, pues es el mejor duelo que hoy puede ofrecer el tenis español. Pese a que únicamente ha ganado una vez a Ferrero en cuatro partidos, la trayectoria de Moyà en el presente Godó le abre nuevas expectativas. El mallorquín ha recuperado todo su potencial. Los efectos de su lesión de espalda están olvidados y se le ve centrado en su juego y pensando en el futuro. La influencia de José Higueras en esta nueva actitud parece incuestionable. Moyà está motivado y trabaja para ofrecer lo mejor de sí mismo. Ayer volvió a constatarlo frente a un Enqvist que no encontró fórmulas para frenar la avalancha de golpes que se le vino encima. "Hay cosas que están cambiando en mi juego", señaló Moyà. "Higueras me hizo creer que tenía un buen revés, y eso me ha ayudado mucho porque ahora no necesito desplazarme tanto para cubrir este golpe. Pero la clave del partido pienso que estará en el saque. Si sirvo bien, cogeré confianza y puedo ganar. La final está al 50%".
Batalla psicológica
"Charly esta en forma", reconoció Ferrero. "Y cuando eso ocurre pega muy fuerte su drive y es un jugador muy peligroso" Aunque su victoria en semifinales pareció fácil, el suizo Michel Kratochvil exigió lo mejor de Ferrero antes de abrirle el camino hacia la final. Probablemente, el de Ontinyent llegó al partido sin la mentalización adecuada. No conocía al suizo, de ascendencia checa, más que por los escasos referentes que Albert Portas le había dado un día antes, y no pareció preparado, al principio, para librar la dura batalla psicológica que se dirimió a lo largo de la primera manga. Sin tiempo para la reflexión, Ferrero se vio con un 0-3 abajo que nadie se esperaba. Sin embargo, el semifinalista más joven del Godó, de 21 años, no está para monsergas. Se atavió de inmediato con el mono de trabajo y luchó por cada bola, por cada punto, por cada juego.
Fue esa fuerza mental, que ya el año pasado asustó a algunos de sus rivales, le llevó hasta las semifinales de Roland Garros y que esta temporada le ha permitido ganar en Dubai y en Estoril, la que le metió de nuevo en un partido que se le estaba complicando. El suizo, 79º jugador mundial, tuvo dos bolas para colocarse con 4-1. Pero Ferrero levantó la situación y, con su actitud desafiante, causó un poco de desconcierto en su rival, que cometió dos dobles faltas consecutivas y cedió su primer servicio.
El partido se igualó. Hizo falta una nueva rotura en el undécimo juego (6-5 para Ferrero y saque) para que el suizo bajara la guardia. Concluida la primera manga, Kratochvil constató que su trayectoria en el Godó había concluido y Ferrero comenzó a desplegar un juego avasallador. "Jugó demasiado rápido", reconoció el suizo. "Me movió constantemente y yo no llegué bien a las bolas".
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