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Panamá acogerá la primera reunión de los pueblos indígenas del mundo

La Primera Conferencia del Milenio de los Pueblos Indígenas ha escogido a Panamá como su sede, los próximos días del 7 al 11 de mayo de 2001. La organización de la conferencia está a cargo de la Asociación Napguana de Panamá, en colaboración con el Centro Holandés para los Pueblos Indígenas (NCIV-Nederlands Centrum Voor Inheemese Volken), mientras que la coordinación internacional está en manos de seis representantes indígenas de Canadá, Chile, Hawai, Noruega, Marruecos y Panamá.

La Asociación Napguana -de napa, tierra, y guana, núcleo- es una organización no gubernamental indígena creada en 1991 por miembros de la etnia kuna. Los objetivos de la entidad son, entre otros, fomentar la cooperación, promover la capacitación, prestar asistencia profesional a las comunidades indígenas y promover las relaciones con instituciones con los mismos objetivos.

En la conferencia, de acuerdo con sus organizadores, se pretende evaluar la década mundial de los pueblos indígenas declarada por la ONU antes de su terminación, en 2004, fijar los objetivos para el tiempo que resta y preparar estrategias para presentarlas en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y la Intolerancia, que se celebrará en septiembre de 2001 en Sudáfrica. Asimismo, entre los temas que se discutirán constan los relativos a la resolución de conflictos, el proyecto de Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas que se debate actualmente en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y la Declaración Interamericana sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, así como la creación de un Foro Permanente de los Pueblos Indígenas en el Sistema de la ONU. Estos asuntos se desarrollarán mediante conferencias magistrales, talleres y conversaciones indígenas en español, inglés, francés y ruso.

El movimiento indígena ha ganado terreno en algunas naciones latinoamericanas. El Gobierno mexicano, por ejemplo, cumplió este mes con una de las condiciones que los rebeldes zapatistas han exigido para reanudar el diálogo de paz, al completar el repliegue de siete bases militares en el sureño estado de Chiapas. Los rebeldes zapatistas se alzaron en armas en aquel estado mexicano el 1 de enero de 1994, enarbolando el respeto a los derechos de los 10 millones de indígenas del país. En otros lugares, los avances y los retrocesos se vienen sucediendo. En Ecuador, cuatro indígenas murieron en febrero en un enfrentamiento con militares que trataban de impedir el bloqueo de un puente, lo que sometió a nuevas tensiones el diálogo entre las autoridades y las organizaciones indígenas con el fin de poner fin al levantamiento indígena. Los cuatro indígenas murieron tras un choque con una patrulla militar en un puente, en plena selva amazónica, justo cuando el Gobierno y el movimiento indígena avanzaban en el diálogo que mantenían para solucionar un levantamiento, que incluyó la captura de una universidad y bloqueo de carreteras.

Entretanto, en Guatemala, la dirigente indígena guatemalteca Rigoberta Menchú declaraba que no descansaría hasta que "algún tribunal del mundo condene el genocidio en Guatemala". Menchú, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1992, hizo esas declaraciones mientras participaba, a principios de febrero, en una marcha de protesta al sur de la capital guatemalteca, durante la cual activistas de los derechos humanos recordaron la matanza cometida por las fuerzas de seguridad el 31 de enero de 1980 en la sede de la embajada de España. Entre las víctimas de ese crimen colectivo estaba Vicente Menchú, padre de Rigoberta.

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