Belén Gopegui asegura que en 'Lo real' ha querido novelar sobre la 'mezquina vida de los asalariados'
Belén Gopegui (Madrid, 1963) es una de las escasas voces en la literatura española contemporánea que rompen con las corrientes que ofrece la narrativa de los últimos veinte años. Su última novela, Lo real (Anagrama) supone un paseo por el mundo del trabajo, desde el sinsentido no sólo de su necesidad, sino de las relaciones que se establecen entre empresario y empleado.
'He intentado escribir sobre el miedo en el trabajo, sobre la mezquindad en que es obligado a vivir el asalariado en su tarea cotidiana; no me interesan tanto esas grandes desigualdades en las que reparamos todos, sino esas cosas más menudas de las relaciones laborales que, a mí por lo menos, me producen una gran extrañeza', explicó ayer Gopegui en Vitoria dentro de los actos del Día del Libro.
La estructura de la novela atiende un poco a esa voluntad por reflejar una realidad muchas veces escondida. Como señala la autora de Lo real, 'con el personaje principal, Irene Arce, hay otro protagonista, que es el coro de asalariados y asalariadas de renta media reticentes, que tiene claro que las cosas podrían ser de otra forma'.
El título de la novela hace referencia también a estas conisderaciones. 'Lo real surge de una conversación que hay al final de la obra, cuando se discute entre la existencia y lo real; esto último es lo que los poderes dominantes dicen que es lo que hay', comentó la autora.
Lo real trata de dejar claro, por otra parte, la profunda relación entre forma y significado en el análisis crítico de algunas palabras como bondad, moral, justicia, sueldo o carácter.
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