'En mis obras hay mucho de protesta por el Jaén que ya no existe'

Para Francisco Cerezo, uno de los grandes pintores jiennenses, cualquier tiempo pasado fue mejor. Al menos en su pintura evoca paisajes y emociones que ya forman parte de la historia de la provincia de Jaén, de la que él ha sido un cronista privilegiado durante el último siglo. Cerezo (Villargordo, Jaén, 1919) acaba de inaugurar una exposición en la sala de La General de Jaén, compuesta fundamentalmente por paisajes serranos, uno de sus temas preferidos.

Pregunta. La Sierra de Segura es para usted su principal fuente de inspiración.

Respuesta. Sí. Hace unos 30 años que descubrí un pueblo precioso como Segura de la Sierra, donde he pintado mis mejores paisajes. En este pueblo encontré toda la profundidad de un mundo rural aún fresco, sin manipulaciones. Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos de esos ambientes se han ido perdiendo por la acción del hombre y la generosidad urbanística de los políticos locales.

P. Algo parecido ha ocurrido con el Jaén antiguo que usted también ha recreado.

R. Efectivamente. Desde que acabé la guerra civil empecé a retratar el Jaén antiguo y la verdad es que hoy su transformación ha sido muy negativa. De su trazado medieval y sus callejuelas llenas de encanto ya no existe ni la mitad. Todo esto es algo que me indigna muchísimo y que he intentado transmitir en mi pintura de mi última época. En mis obras hay mucho de rebeldía y de protesta por la desaparición de un trozo del Jaén más castizo y entrañable para mí.

P. ¿Cómo le gustaría que fuera recordado como pintor?

R. En realidad, soy un artista que me encuentro a gusto con todos los estilos. Pinto lo que veo y no me acuerdo de moldes o estereotipos, aunque quizá las notas de color y de luminosidad de mi pintura se aproximan más al impresionismo. Con los temas ocurre igual, pues igual he hecho paisajes que bodegones, retratos o los más de 200 castillos que he pintado.

P. Por qué ha elegido el pequeño formato para su última exposición.

R. Por nada en especial. Tenia ganas de sintetizar el paisaje de la Sierra de Segura y captar su frescura y su ambiente. Quizá tenga que ver con mis sensaciones, porque la pintura es un estado de ánimo.

P. Con 82 años sigue pintando con la misma ilusión que el primer día. ¿Cuál es el secreto?

R. Que me gusta lo que hago. Además, estoy muy ilusionado con la exposición que el próximo mes de mayo inauguraré en el Museo que lleva mi nombre en Villargordo y que será una monográfica de paisajes y temas serranos.