'Me gusta el sexo, pero se hace difícil'

Pregunta. Estaba más guapo sin perilla.

Respuesta. El año pasado hice en Broadway comedia musical; me daban libertad de estar como quisiera, y en la vida uno tiene que darse los gustos.

P. ¿Qué le ha hecho venir a España para presentar con su ballet nada menos que una colección de lencería?

R. Es divertido, diferente. Fue una idea genial, y no es la primera vez que una compañía de danza lo hace.

P. ¿En su Ballet Argentino se montan tantos pollos como aquí en el Ballet Nacional?

R. Por suerte, no. Y cuando empieza a haber una mala onda así, muchas gracias y que pase el siguiente.

P. Dado que hasta usted lo ha incluido en su repertorio, ¿no hay argentino sin tango?

R. No. En el fondo siempre lo llevan adentro.

P. Estuvo haciendo terapia. ¿Tampoco hay argentino sin ser/usar psicoanalista?

R. No. La mayoría son psicoanalistas, y el resto, psicoanalizados [risas].

P. Dice que se retirará a los 40. ¿Qué hará con los ahorrillos?

R. ¿Qué ahorrillos?

P. Afirmó que vivir es más difícil que bailar.

R. Sí, porque creo que uno en el escenario se olvida de todo.

P. Opina que estar en el escenario es como hacer el amor, y que los aplausos son el orgasmo. ¿Cuál es el coitus interruptus?

R. Los intervalos.

P. 'Si no se tiene corazón, no sirve de nada tener pies'. ¿Cómo lleva uno y otros?

R. En este momento, todo en su lugar. A veces han estado los pies en la cabeza, la cabeza en los pies, y el corazón, desaparecido.

P. ¿Por qué le molesta que digan que es el sucesor de Nureyev?

R. Siempre lo agradezco, porque me están comparando con la mayor figura de la danza. Pero creo que es lindo que a uno, después de tantos años de carrera, lo comparen con uno mismo.

P. ¿Sigue la idea de que entre los bailarines de ballet hay mucho mariquita?

R. Eso existe y va a existir, porque es una cosa humana, no algo de esta profesión. Pero el cliché va desapareciendo.

P. 'Después de tres meses viajando, es difícil mantener la pareja'. ¿Es el Atila del sexo?

R. Me gusta, sí. No voy a decir que no [risas]. Pero se hace difícil.

P. ¿Arrasar o el sexo en general?

R. Se hace difícil todo. Yo acabo de terminar una relación de siete años, y fue bastante difícil mantenerla. Ahora estoy en el sexo nada más.

P. En cambio, en el escenario tiene fama de ser buena pareja.

R. Pero son segundos, horas nada más. No todo el día.

P. Cuando salió desnudo en Play Boy, ¿le hicieron muchas proposiciones?

R. No. Siempre las recibí incluso sin salir ahí [carcajada]. Pero ya pasó esa etapa.

P. ¿Y es bueno o malo que se haya calmado el personal?

R. Creo que es bueno, porque la gente respeta algo más importante: una carrera hecha detrás de todo esto.

P. ¿Sigue viendo por las mañanas los dibujos animados?

R. Cuando tengo tiempo, sí. O por la tarde, Los Simpson.

P. ¿Qué ventajas encuentra al cuarto de baño para visitarlo tanto cuando actúa?

R. Que salgo más liviano a la función.

P. A los veintitantos años escribió su biografía. ¿No se precipitó un poquito?

R. No, porque tenía ganas de aclarar un montón de cosas, como el lío de quién era mi padre, si era gitano, esto o lo otro.

P. Confiese alguna manía de artista.

R. Antes puteaba a todos los técnicos, pero aprendí que trabajamos todos juntos.

P. ¿Fue cierto su rollo con Claudia Schiffer?

R. Ahhh, ¿quién lo sabrá? Queda lindo que quede todo así, medio mágico.

P. 'Me gusta sentir escalofríos'. ¿Qué o quién se los provoca?

R. Me los provocan cuando tocan mis partes sensibles del cuerpo, cuando me ponen hielo en el cuello y cuando uno tiene que bailar a cinco grados bajo cero, como cuando recibimos al 2000 al aire libre en Usuaia.

P. ¿Pesa ser el mejor?

R. Cuando sabes quién sos y uno tiene los pies sobre la tierra, la cabeza y el corazón en su sitio, no, porque uno disfruta con lo que hace. Entonces uno puede saber que es considerado así. Saberlo sólo, pero no hacerlo valer.