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Una asociación solicita ayuda para aclarar el asesinato de un joven

Desde el pasado 2 de marzo, cuando se encontró el cadáver desnudo de Juan Carlos Jiménez en el parque de Valdeserrano de Fuenlabrada, el mutismo oficial ha cubierto el caso. Por el momento, no ha trascendido la investigación emprendida por la Brigada de Policía Judicial de Madrid. Nada se sabe de cómo fueron las últimas horas de este joven, que desapareció de su casa el pasado 28 de febrero y que fue hallado muerto tres días más tarde.

La Asociación Nacional de Víctimas de Delitos Violentos está repartiendo carteles por Fuenlabrada y otros municipios próximos en los que se reclama la ayuda de los vecinos. En ellos se recuerda que Juan Carlos fue visto por última vez saliendo de un local de juegos recreativos de la calle de Extremadura, en Fuenlabrada, y que se dirigía a la calle del Mercadillo de Torrelabrada. Los carteles llevan impresos los números de teléfono del Cuerpo Nacional de Policía (091) y del bufete del abogado José Miguel Ayllón Camacho, que lleva el caso (91 501 44 06). Ayllón es, además, presidente de la Asociación Nacional de Víctimas de Delitos Violentos.

Amigos y conocidos

El cuerpo de Juan Carlos presentaba en el cuello diversos navajazos 'no demasiado profundos', así como una herida penetrante en el estómago, que se supone que fue la causante de su muerte. El joven, según las investigaciones policiales, llevaba unas 12 horas muerto cuando fue hallado. La policía inició sus investigaciones entre los amigos del muchacho a la búsqueda de alguna pista que sirviera para aclarar su asesinato. Pero, de momento, no ha habido detenciones.

Juan Carlos estuvo dos meses sin acudir al colegio. Según había explicado a sus padres, se aburría en la escuela. Decía que no le gustaba lo que le enseñaban. Pero la verdadera razón de su falta de asistencia era distinta. Según su abuelo Mario Jiménez Zamarreño, un grupo de jóvenes de entre 16 y 18 años se dedicaba a extorsionarlo y chantajearlo. Le obligaban a que les comprase droga y, como él se negaba, le exigían que les diera dinero en metálico. Cada vez más.

El abuelo cree que Juan Carlos fue asesinado porque los chantajistas pensaban que les había denunciado a la policía. La última vez que se le vio con vida se dirigía a la pescadería donde trabaja su hermano mayor, de 20 años. 'Mi opinión es que le estaban esperando esos sinvergüenzas y malnacidos que le coaccionaban', señaló Mario Jiménez.

Por su parte, Filomena Portillo, la madre de Juan Carlos, afirmó el día en que éste fue enterrado: 'Sólo él sabe quién lo mató y todo lo que estaba sufriendo. Encima se ha ido con el secreto a la tumba'.

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