Don Quijote, en boca de todos un año más

Por quinto año consecutivo, comenzó ayer a las once de la mañana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la lectura completa de El Quijote de Miguel de Cervantes. Y, como siempre, fue el último premio Cervantes, en este caso Francisco Umbral, quien entonó las primeras frases: 'En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...' El vicepresidente primero y ministro de interior Mariano Rajoy lo relevó en el estrado, al que subieron también sus homólogos de Cultura, Pilar del Castillo; de Administraciones Públicas, Jesús Posada, y de Presidencia, Juan José Lucas. A éstos siguieron el alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano y el director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha. El partido socialista estuvo representado por el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, los diputados Joaquín Almunia y Alfonso Guerra, y Fernando Morán.

Encorbatados, nerviosos y en fila india, los políticos esperaban su turno como si fuera un examen

Cientos de personas se acercan desde ayer hasta el Círculo para participar en este maratón de la lectura que se espera concluya mañana a las once de la mañana, tras 48 horas ininterrumpidas. Desde la sede en Madrid se establecen videoconferencias con países extranjeros, hasta un total de 20, en su mayoría latinoamericanos, y personas que se encuentran fuera de Madrid, como ancianos de una asociación de la tercera edad en La Bañeza (León), reclusos en tercer grado o la tripulación de un barco.

'Debería hacerse en toda España', subrayó Umbral, 'ya que no hay más que ver la asistencia para comprender que con ella se acerca El Quijote a la gente'. Entre los presentes, sin embargo, la emoción no parecía ser mucha. Estudiantes de entre 15 y 17 años de institutos madrileños ocupaban los primeros asientos del salón tomado por los guardaespaldas de los políticos. La mayoría de los alumnos no había leído ni una frase del libro más emblemático de la literatura española; a lo sumo, algunos conocían 'los primeros nueve capítulos porque entraban en el exámen'.

Umbral calificó el texto del Quijote como 'fluido, imaginativo y perfecto' y echó en falta que los políticos no hubieran 'intentado una lectura más literaria'. Encorbatados, nerviosos y en fila india los políticos esperaban su turno para leer como si se enfrentasen a un examen oral en el colegio. De todos ellos el más aplaudido fue el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, quien leyó con su peculiar entonación y gestos.

Este acto se enmarca dentro de las actividades de la denominada fiesta del libro, que incluyen también animación teatral y musical durante la lectura. En el exterior del Círculo, desde ayer y hasta el día 23, se ha instalado una miniferia de libros organizada por la librería Crisol.

El lunes Francisco Umbral volverá a leer, esta vez su discurso Un hidalgo y un fantoche llenos de sol y viento, como ganador del Cervantes, en el paraninfo de la Universidad de Alcalá. En él hará 'extensiva la hazaña de Don Quijote a España: Don Quijote no está loco, como dice Voltaire, Don Quijote se inventa pasiones para ejercitarse'. Pues, en su opinión, 'España siempre se ha inventado pasiones para ejercitarse: la pasión de América, la pasión del Imperio, la pasión religiosa, la revolucionaria. España es un país vivo porque siempre se está inventando pasiones'.

Además, este fin de semana, en Alcalá, se celebrá un Festival de la palabra para conmemorar los 25 años del Premio Cervantes. Una veintena de cuentacuentos narrarán decenas de historias sobre la vida y obra de los 26 escritores galardonados con este premio. Por la mañana (de 10.00 a 14.00) los cuentacuentos se dirigirán a los niños desde la calle mayor y sus aledaños, que se convertirán en la Calle de los Cuentos, y la tarde (de 19.00 a 00.00) será de los adultos. Actos por doquier para festejar al autor de El Quijote, una obra que, en palabras de Umbral, es 'la biblia de los españoles'.