El primer autorretrato de Goya y 32 de sus obras gráficas ilustran la relación del pintor con su época
La muestra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla incluye la serie 'Los toros de Burdeos'
'Sabemos que Goya pintó unos 25 autorretratos entre los 30 y los 80 años y el que mostramos aqui fue el primero. No todos son retratos directos como éste. En ocasiones se incluyó en una escena con más personajes, por ejemplo en La pradera de San Isidro, o en una pintura de grupo con los atributos de pintor, como hizo en La familia de Carlos IV', explicó ayer en el Museo de Bellas Artes de Sevilla el comisario, Gonzalo de Diego.
La exposición, organizada por Ibercaja como tarjeta de presentación en Sevilla, ciudad en la que ha abierto su primera oficina, es una selección de las obras de Francisco de Goya (Fuendetodos, Zaragoza, 1746-Burdeos, Francia, 1828) que posee la entidad financiera. La caja aragonesa tiene 15 óleos más dos colecciones completas de toda su producción gráfica. 'La Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País tuvo mucha relación con los ilustrados, especialmente con Goya a quien sabemos que financió un viaje a Italia, por lo que el artista correspondió con obras que después ha heredado Ibercaja', dice el comisario.
'La muestra de Goya, un librepensador que participó en la vida pública desde una postura siempre crítica, se suma ahora a la del Greco. Estos inquilinos de lujo justifican una visita al Museo de Bellas Artes de Sevilla', comentó ayer la consejera de Cultura Carmen Calvo.
En La mirada de Goya pueden verse también nueve grabados de Caprichos, dos de Tauromaquias. 11 de Desastres de la guerra y seis de Disparates. 'Goya, junto con Durero y Rembrandt, es uno de los grandes de la historia del grabado. Comenzó tarde, a los 53 años, pero sus cuatro grandes series son de una calidad excepcional', añade el comisario, quien ha seleccionado las obras en las que el artista de Fuendetodos refleja de una forma más clara la sociedad de su tiempo.
En Toros de Burdeos, Goya coloca la piedra para la litografía en el caballete, como si se tratara de un lienzo, y consigue unos matices difíciles de ver en una obra gráfica.
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