Duelo de patadas y codazos
Camisetas con sangre y contusiones fueron el resultado de una segunda parte 'bronca'
'Me dieron un codazo', indicó Makelele con voz nasal mientras se frotaba el tabique de la nariz y se regocijaba al describir lo bien que había jugado el Madrid. 'Me pegaron, pero son cosas del fútbol, no pasa nada', agregó el mediocampista camerunés tras terminar un partido que se calentó poco a poco hasta dar con el segundo tiempo en un zafarrancho de combate. Figo hizo señas a la prensa para explicar que no quería hablar: también se tocó la nariz y negó con el dedo índice. Hizo un gesto de dolor y se despidió con sonrisa de político en campaña. La victoria supo bien a los madridistas a pesar de las contusiones.
Los intercambios de golpes se propagaron según se descontaban los minutos. Sobre todo desde que a Taffarel le lanzaron un balón que retenía el grupo fanático Ultras Sur, en la grada, y se lo devolvió con un patadón. El fondo del Bernabéu rugió. Un jugador turco, que pasaba por ahí, se desplomó como alcanzado por un proyectil. Llovieron botellas y bocadillos al césped. Los turcos respondieron haciendo peinetas al público, y cogiéndose los genitales en actitud desafiante. Al punto se armó una montonera de jugadores, enredados con el árbitro de por medio, bajo el lanzamiento de desperdicios. Las cámaras de televisión que enfocaron en el palco al director deportivo del Madrid, Jorge Valdano, le vieron con el rostro desencajado. Flotaba en el aire la amenaza de multa de la UEFA. Justo el día que Ultras Sur regresaban con toda la parafernalia al fondo sur que tanto reclaman desde que fueron expulsados bajo la acusación de haber derribado la portería en un partido de semifinales de Liga de Campeones, contra el Borussia en 1997.
'¡Turcos fuera de Europa!'
Declarada la Guerra Santa por la afición de Chamartín -'¡turcos fuera de Europa!'- y reanudado el encuentro, se interrumpió a los cinco minutos cuando Figo recibió un manotazo de Emre que le provocó una hemorragia nasal, en mitad del segundo tiempo -el árbitro le ordenó al madridista que se quitara la camiseta, teñida de sangre, y debió esperar el recambio a pie de vestuario-. Poco después, el portugués devolvió el golpe con un rodillazo en el muslo del medio centro. Emre se volvió y pisoteó a Figo. Y así sucesivamente, en un toma y daca que involucró a McManaman con Okan, a Casillas con Jardel, a Arif con Salgado, a Suat con Makelele...
'Salieron desde el primer minuto muy calientes', opinó Michel Salgado. 'En el segundo tiempo, cuando se vieron perdidos, apelaron a las marrullerías por desesperación', dijo Guti, que concedió normalidad a los hechos habida cuenta de la idiosincrasia otomana; 'se enrabietaron y ya se sabe lo apasionados que son los turcos'. McManaman, de costumbre dicharachero, habló de 'toma y daca' en jerga.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.