La FIDE juega de farol para reafirmar su amenaza contra Linares

La Federación Internacional (FIDE) quiere jugar al póquer con los organizadores de Linares, Wijk aan Zee (Holanda) y Dortmund, que forman el ‘Grand Slam’ del ajedrez, para forzar su inclusión en el nuevo Gran Premio. Y opta por el farol: los torneos anunciados en las capitales de esos tres países –Madrid, Amsterdam y Berlín- sólo existen sobre el papel.

El sondeo realizado por EL PAÍS indica que las federaciones nacionales de España, Holanda y Alemania no han sido consultadas para lanzar ese anuncio; y los organizadores más conocidos tampoco tienen la menor idea del asunto. Carlos Lozano, presidente de la Federación Madrileña, fue aún más concreto: “Nos hemos enterado de la noticia al leerla en las páginas de la FIDE en Internet. Es cierto que intentamos revitalizar el tradicional torneo Comunidad de Madrid [que no se celebra desde 1998] en 2002, pero la FIDE no tiene nada que ver con las gestiones realizadas. En todo caso, no entendemos la necesidad de que un torneo en Madrid deba jugarse en las mismas fechas que el de Linares [finales de febrero y principios de marzo], como al parecer pretende la FIDE”.

El supuesto torneo de Amsterdam, en enero según la FIDE, coincidiría con el de Wijk aan Zee. El resto de las competiciones que formarían el Gran Premio se distribuyen así: Bombay (marzo), Dubai (abril), Berlín (mayo), Nueva York (agosto), Seattle (septiembre) y la final en Río de Janeiro (octubre). Llama la atención que Berlín aparezca en mayo y no en julio, cuando se disputa el torneo de Dortmund. El comunicado oficial no explica nada al respecto.

Pero sí incluye varias frases que convierten en casi innecesario el citado sondeo. Por ejemplo: “Comprendemos que la cortesía hacia los torneos ya existentes resulta esencial, en la medida de lo posible. Por tanto, hemos aplazado la concreción de las fechas para que los [organizadores] más importantes tengan tiempo de responder con sus criterios sobre la adhesión al Gran Premio”. El firmante de la nota es el ruso Artiom Tarásov, presidente de FIDE Comercio, una empresa de reciente creación que se ha subrogado los derechos de comercialización del Campeonato del Mundo y del Gran Premio, así como otros ligados a la FIDE, hasta el año 2017. Tras reunirse en Linares el pasado 5 de febrero, los organizadores de los tres grandes torneos rubricaron un comunicado en el que rechazan la propuesta de Tarásov para formar parte del Gran Premio. Su negativa se basa en el temor a que FIDE Comercio maneje el dinero de los patrocinadores, designe a varios participantes y, sobre todo, tenga acceso a la contabilidad interna.

El farol del ruso se hace nítido en el siguiente párrafo: “Si un torneo ya existente desea unirse al Gran Premio será añadido al calendario o, en el caso de que sus fechas coincidan con las propuestas en nuestro calendario, el certamen del calendario será eliminado a favor del ya existente”. Parece casi imposible que un promotor de Madrid, Amsterdam o Berlín haya llegado a un acuerdo con FIDE Comercio y, al mismo tiempo, esté dispuesto a renunciar si, finalmente, los de Linares, Wijk aan Zee y Dortmund deciden aceptar la propuesta.

Mostrado el palo, Tarásov enseña la zanahoria: “Comprendemos que los torneos tradicionales tengan buenas razones para resistirse a entrar en una nueva estructura. Por eso es imprescindible que todo el mundo se dé cuenta de las ventajas que implica la inclusión en el Gran Premio”. Uno de esos supuestos beneficios, según Tarásov, es que las competiciones del Gran Premio “incluyen puntos de ránking”, de lo que cabe deducir otra insinuación o amenaza que choca con el sentido común: los resultados de los tres mejores torneos ya existentes no serán contabilizados para la lista mundial si no aceptan la propuesta.

Otra ventaja que se cita en el comunicado es “el aumento de los ingresos de los organizadores”, sin aclarar que ello sólo sería cierto si la FIDE encontrase un patrocinador global del Gran Premio, como se dice en el modelo de contrato publicado por FIDE Comercio. La lista de beneficios se completa con tres muy etéreos: “el prestigio del Gran Premio”, “el reconocimiento del Comité Olímpico Internacional [del que forma parte la FIDE]” y “los beneficios promocionales aportados por un patrocinador global y las relaciones públicas”. También se detallan las ventajas para los jugadores, entre las que se incluye esta: “En el futuro, cuando el ajedrez esté [como deporte oficial] en los Juegos Olímpicos, el Gran Premio será la base de clasificación”.

FIDE Comercio ha firmado un contrato con la multinacional Octagon, empresa dedicada al deporte profesional, cuyo directivo Robert Owen firma el comunicado junto a Tarásov. El ambicioso objetivo común es generar 27 millones de dólares (casi 5.000 millones de pesetas) en patrocinios a medio plazo. De ahí que Tarásov tenga prisa, y fije el 15 de mayo como fecha límite para que Linares, Wijk aan Zee y Dortmund pasen por su aro: “Dadas las negociaciones ya en marcha con los patrocinadores potenciales y las sedes de los torneos, así como el reconocimiento del Comité Olímpico Internacional, es imprescindible que nos movamos hacia delante con rapidez”. Sin embargo, y salvo en el caso de que FIDE mejore su oferta sustancialmente, parece muy improbable que los tres torneos del Grand Slam vayan a cambiar de postura antes de esa fecha.