Los principales teatros europeos reclaman que las administraciones apoyen al Lliure
La polémica por el incierto futuro de la nueva sede del Lliure -que debía inaugurarse en el próximo mes de septiembre en la falda de Montjuïc-, destapada la pasada semana tras la dimisión de Josep Montanyès, director del teatro, motivada por la falta de dinero público para el funcionamiento de la institución, ha traspasado fronteras. El domingo pasado, la Unión de los Teatros de Europa (UTE), reunida en asamblea general ordinaria en Taormina (Italia), acordó por unanimidad aprobar un comunicado de apoyo al Lliure en el que reclama que las administraciones contribuyan enconómicamente al mantenimiento del teatro.
La UTE -a la que pertenece el Lliure y que acoge a prestigiosos teatros europeos, como el francés Odéon Théâtre de l'Europe, que dirige Georges Lavaudant, y el Piccolo Teatro de Milán, al frente del cual está Luca Ronconi- hizo público ayer el citado comunicado de dos puntos. En el primero, expresa su apoyo al Lliure 'y a su trayectoria de 25 años de servicio al teatro, siempre fiel al propósito de hacer un teatro de arte para todo el mundo y basado en una concepción de teatro público de gestión privada'. Mientras que en el segundo pide a las instituciones públicas involucradas en el Lliure y en la construcción de la nueva sede 'que consideren la necesidad de aportar el apoyo necesario para que el Lliure pueda continuar presente en la realidad teatral de Barcelona, de Cataluña y del Estado, con su filosofía de teatro público, y seguir siendo, como miembro de la UTE, un referente de la cultura, del teatro y de Cataluña en la Unión Europea'.
Actores y directores
A la petición de la UTE se sumó ayer otra en el mismo sentido de la Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña, que, a través de un comunicado, exigió a las administraciones que cumplan los compromisos con el Lliure y desbloqueen, 'sin más demoras negociadoras, la expansión del teatro como vehiculador y destilador de un modelo de teatro progresista'.
La asociación considera que el Departamento de Cultura de la Generalitat 'tiene la obligación de seguir tutelando, sin reservas, el desarrollo del Lliure como valor cultural de ámbito nacional'. Y en cuanto a las responsabilidades del Ayuntamiento de Barcelona, opina que éste 'además de su implicación originaria, tiene el deber de satisfacer las expectativas creadas y públicamente comprometidas por el máximo responsable de su gobierno, a través de la Ciutat del Teatre, uno de los propósitos de política municipal más coherentes, motivadores y dinamizadores para la ciudad en el ámbito de las artes escénicas'.
El Lliure está gestionado por una fundación privada en la que participan la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación y el Ministerio de Cultura.
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