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Una red duplicaba las tarjetas de crédito cuando el titular hacía pagos

La policía evita una estafa que podría alcanzar los 2.500 millones

Agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la policía han desarticulado una red que duplicaba las tarjetas de crédito cuando sus titulares las entregaban para pagar en algunos comercios. Para conseguirlo, la banda sobornaba a los empleados de las cajas de establecimientos como casinos, agencias de viaje, restaurantes u hoteles. La Operación Casino ha permitido la detención de siete personas que, de haber llevado a cabo sus planes, podrían haber logrado estafar hasta 2.500 millones.

La policía conoce la estafa con el nombre de skimming y consiste en copiar directamente la banda magnética de las tarjetas de crédito pasándola por un lector y grabador al mismo tiempo. En la memoria del grabador permanece el número de la banda magnética, que posteriormente se copia en una tarjeta virgen. Después se troquelan en el plástico los 16 números exteriores de la tarjeta y se entinta con los colores y anagramas de los bancos elegidos.

El titular de la tarjeta se enteraba del gasto acumulado en su cuenta corriente al mes siguiente, cuando le llegaba el extracto bancario a su domicilio y nunca podía sobrepasar el dinero autorizado por su banco para gastar con la tarjeta.

Han sido detenidos siete implicados: tres españoles, dos colombianos, un argelino y un nigeriano. Entre ellos está el presunto cerebro de la red, José Luis V. M., de 44 años, con antecedentes policiales por delitos similares. Con él colaboraban Ángel P. B., de 38, John Hayden R. R., de 27, Luis Fernando F. F., de 39, Marisol M. V., de 27, Mohamed A. B., de 31, y Derrén B., de 34, estos dos últimos, con antecedentes policiales. Para efectuar la grabación de la banda magnética la red contaba con la colaboración de empleados de los establecimientos asignados a las cajas de pago, 'a cambio de darles un dinero extra'.

La red utilizaba otros métodos como el denominado off line, consistente en copiar los datos a través de las compras efectuadas por usuarios por Internet.

Un tercer método es el llamado tarjetas generadas: una vez que la banda se hace con los cuatro primeros dígitos de una tarjeta de crédito (los correspondientes a un banco emisor), generan diferentes combinaciones mediante programas informáticos, convencidos de que alguna de ellas tendrá una cuenta asociada a la que vampirizar.

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Los agentes se han incautado de 3.000 tarjetas en blanco, casi 700 ya falsificadas, ocho ordenadores, dos máquinas térmicas para entintar, un par de escáneres, una lectora grabadora, una troqueladora, datáfonos, 4.950.000 de pesetas en metálico y 40.000 dólares en billetes falsos de 100.

Las investigaciones se iniciaron a mediados de noviembre pasado, a raíz de las denuncias presentadas por las víctimas de la estafa. Las pistas dejadas por los estafadores guiaron a los agentes hasta ocho domicilios de Madrid, otro de San Martín de Valdeiglesias y otro en Talavera de la Reina (Toledo). La policía intenta identificar a otros implicados y cuantificar lo defraudado.

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