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Entrevista:DAVID GREIG | DRAMATURGO

'La idea de aldea global puede ser excitante, pero también es triste'

Con sólo 33 años, ha conseguido lo que muy pocos dramaturgos a lo largo de su carrera: todas sus obras se han estrenado. El escocés David Greig, autor de un nuevo teatro político que ofrece respuestas contudentes a viejos problemas sociales, ha escrito treinta piezas, entre teatro, guiones para cine y televisión. Sus reflexiones, plasmadas en textos como Europa (1994), Airport (1996) o El especulador, se las rifan compañías tan prestigiosas como la Royal Shakespeare o el Deutches Theater de Berlín. La emigración y la xenofobia es el tema que trata en Europa, la obra que le lanzó a la fama y que ha sido traducida a 12 idiomas. David Greig imparte desde comienzos de esta semana un curso en el Centro Andaluz de Teatro (CAT), Compromiso en la nueva dramaturgia, al que asisten una docena de jóvenes escritores y guionistas andaluces.

Pregunta. ¿Qué ingredientes pone en sus obras para que encajen tan bien en países tan diversos?

Respuesta. Escribo sobre el concepto de hogar. Todos mis personajes buscan su identidad. Las escenas ocurren, por ejemplo, en un ciber-café que puede ser el mismo aquí que en el otro extremo del mundo; pero cada uno tiene su particularidad. La idea de aldea global puede ser muy excitante, pero también es triste.

P. Usted creó su propia compañía, Suspect Culture, en Glasgow en 1990, ¿tenía necesidad de controlar cómo se ponía en escena sus textos?

R. No fue ese el motivo. Con mi compañía trabajo de forma distinta que cuando escribo sin el objetivo concreto de la representación. La idea y el texto son míos, pero la obra se va consolidando a través de los ensayos. Es más un trabajo de colaboración.

P. ¿Qué es lo último que ha escrito?

R. Victoria que narra la historia de un ex combatiente escocés de la Guerra Civil española que se enamora de una española, Victoria. Elegí este conflicto porque fue crucial en la historia del siglo XX en Europa. Cada joven idealista de aquellos años quería cambiar el mundo luchando contra el fascismo y su respuesta era la acción. El conflicto que acabamos de presenciar en Bosnia ha despertado también un rechazo similar al de la Guerra Civil pero, al contrario que entonces, nos sentimos mal y no hacemos nada.

P. ¿Cuál fue su primer estreno?

R. La primera la escribí en 1990, se llama Salvaje reminiscencia y ya contenía los temas que he ido desarrollando después. Tuve mucha suerte porque un grupo de la universidad la estrenó en 1992, a partir de ahí todo fue bien.

P. ¿Le interesa el teatro que se produce hoy en España?

R. El sector teatral es más frágil aquí. La gente tiene que hacer muchas cosas para sobrevivir y eso, aunque no es bueno, aporta muchas experiencias distintas.

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