Los obispos de Brasil apoyan las ocupaciones de los Sin Tierra en fincas sin cultivar
Desde hace diez días, más de 600 campesinos del Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil, vigilados por más de cincuenta policías militares, tienen rodeada la finca de 9.000 hectáreas del actual embajador de Brasil en Italia, Paulo Tarso Flecha de Lima, situada en Uruana, en el Estado de Minas Gerais. Los campesinos amenazan con ocuparla si el Gobierno no escucha sus reivindicaciones; están pertrechados de flechas fabricadas con caña de bambú y serpientes vivas y son apoyados por el episcopado de este país.
Contrariamente a lo que había difundido un sector de la prensa, el presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil, el obispo Jayme Chemello, afirmó ayer que la Iglesia acepta la invasión de tierras siempre que no se trate de una acción sistemática contra el Gobierno y sí de una estrategia de lucha social. 'Que de vez en cuando el MST muestre al Gobierno que existen grande extensiones de tierras sin cultivar y que de repente las invadan para cultivarlas no es tan grave, porque en realidad no deberían existir tierra improductivas', ha afirmado el obispo en nombre del episcopado; comparó la acción de los Sin Tierra a la de los hambrientos que se adueñan de algo para comer: 'La Iglesia nunca vio eso como un mal'. Lo que no puede ocurrir, añadió Chemello, es que de repente los pobres comienzen a invadir todas las tiendas de comestibles, porque podrían crear un caos social y poner en peligro la democracia.
Los obispos niegan haber roto con el MST, al que siempre han apoyado y del que, en repetidas ocasiones, se han hecho sus mediadores oficiales ante el Gobierno. Lo que ocurre, ha comentado el presidente de la Conferencia Episcopal, es que cuando los obispos tienen que criticar algún tipo de radicalismo excesivo del movimiento lo hacen con la misma libertad de espíritu con la que lo defienden en sus justas reivindicaciones.
El actual acoso a las 9.000 hectáreas de la finca del embajador de Brasil en Italia ha sido en parte apoyada por el gobernador de Minas Gerais, el polémico Itamar Franco, ex presidente de la República, quien dejó a los cientos de campesinos llegar hasta la puerta de la finca pero sólo para una manifestación de protesta y bajo garantías de que no la ocuparían. La tensión, sin embargo, era grande aún ayer y los campesinos siguen amenazando con invadirla si el Gobierno no les escucha.
La presión de los Sin Tierra ante la finca del embajador en Italia forma parte de un clima de movilización de cara al próximo día 17, fecha en la el MST celebrará el día nacional del movimiento, para lo que ha sido ya alertada la policía de todo el país.
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