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Telefónica aprueba un plan de choque para reducir drásticamente sus gastos

Fernando Abril supervisará los servicios compartidos por las filiales

Telefónica aplicará un severo control de sus gastos de explotación en todo el mundo para evitar que la creciente implantación de la operadora fuera de España los dispare. Con ese fin, el comité de dirección de Telefónica ha aprobado la creación de un centro de servicios compartidos que coordinará la política de recursos humanos, la compra de equipos y otros aspectos más vinculados a administración como asesoría jurídica. Todo bajo responsabilidad del consejero delegado, Fernando Abril-Martorell.

La constitución del centro de servicios compartidos por las filiales del grupo y las distintas áreas de negocio se aprobó en la última reunión del comité directivo de Telefónica. En ella se determinó que el consejero delegado del Grupo Telefónica, Fernando Abril-Martorell, supervisará las decisiones de la nueva unidad. El objetivo es evitar duplicidades en la negociación de contratos y la puesta en marcha de iniciativas en la compra de equipos, la contratación de personal o la regulación en cada país.

El centro de servicios definirá las relaciones del grupo con los proveedores dentro y fuera de España para que los suministros se puedan negociar con descuentos por volumen y coordinados entre las filiales. Con todo, dado el desigual desarrollo e implantación de nuevas tecnologías, la nueva unidad dejará bastante independencia a las filiales. La constitución del centro de control de gastos con poder sobre las distintas unidades de negocio contrasta con la designación de respresentantes del presidente en cada país en los que está Teléfónica (country managers, en la denominación anglosajona).

Esos responsables de país reportarán directamente a Alierta y actuarán con total independencia de las áreas de negocio e incluso de las filiales de Telefónica en Brasil (Telesp), Argentina (Telefónica de Argentina), Chile (CTC Telefónica de Chile), Perú (Telefónica de Perú) y otros países. No estarán, por tanto, sometidos a la disciplina del centro de servicios compartidos.

También es significativo que entre las competencias del nuevo centro de decisiones no esté la política de comunicación, publicidad y patrocinio de Telefónica. A esta actividad, el grupo destina más de 180.000 millones de pesetas, y es una de las prioridades de racionalización de gastos.

De hecho, Telefónica ha anunciado ya un recorte significativo en la inversión publicitaria y una política más selectiva de las actividades de patrocinio. En el área de comunicación y prensa, sus responsables han empezado por revisar los múltiples contratos de asesoría que se han firmado en las filiales antes y después de la etapa de Alierta.

Las tareas de comunicación se centralizarán desde la sede de Telefónica en la Gran Vía de Madrid. Al frente de esta actividad está Calixto Ríos, que se mantendrá al margen de la cédula de servicios compartidos. Ríos, uno de los pocos altos cargos que Alierta se llevó de Altadis a Telefónica, es también responsable de patrocinio, publicidad y relaciones institucionales con línea directa con el presidente.

También está pendiente que Abril-Martorell determine quiénes van a integrar su equipo, aunque todo apunta que será una representación del más alto nivel de las distintas áreas de negocio y las filiales con objeto de transmitir al mercado financiero la garantía de una 'sólida gestión coordinada'.

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