De amistoso, nada
Los deseos de revancha de la pasada Eurocopa, en la que Francia eliminó a España en cuartos de final, flotaron ayer por todos los rincones de Mestalla. Tanto en la grada como en el campo. El público declaró a Francia enemigo número uno y los jugadores españoles hicieron otro tanto. Raúl se encaró con Pires, Guardiola con Henry y Helguera con Vieira (o viceversa). Mestalla se había engalanado para la gran cita: el huésped era el campeón del mundo. La grada recordó de inmediato que no se trataba de un amistoso al uso. Abucheó el himno francés antes de abroncar a cada jugador galo cuando éste tocara el balón. Después también hubo una infamante minoría, en el gol Norte, que emitió sonidos racistas hacia los jugadores negros de Francia.
Por otro lado, le salió bien a Cañizares su órdago del día anterior, al decir que los franceses difícilmente ganarían en Mestalla: Camacho le dio la titularidad, un privilegio que perdió en la pasada Eurocopa, precisamente al caer España ante Francia y tener una actuación desafortunada. Mestalla, a su vez, premió el notable partido de Morientes, que marcó su décimo gol con la selección.
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