Homenaje a Jardiel Poncela en el Día del Teatro

Las sonrisas, e incluso las carcajadas, tomaron ayer ventaja en la celebración del Día Mundial del Teatro. Aunque la reivindicación fue la nota predominante entre quienes colocaron por la mañana la habitual bufanda blanca alrededor del busto de Valle-Inclán en el paseo de Recoletos, más tarde el optimismo impregnó la segunda parte de la celebración de esta jornada en el teatro de la Comedia.

En Recoletos, los autores Manuel Gómez García y Chatono Contreras, en la anual Epístola a Ramón María del Valle-Inclán, pidieron a las administraciones públicas que 'la creación de la Casa del Actor se convierta en una realidad a cortísimo plazo' y que se acabe con 'problemas como la eterna marginación de los intérpretes de la cobertura de los sistemas de seguridad social y prevención al uso', informa Efe. Pero, además de las peticiones prácticas, los autores reconocieron que 'el mundo del teatro vuelve a ser un respiradero, y poco a poco va recuperando su pujanza'.

La razón de esta pujanza la dio poco después Concha Velasco. La actriz puso voz en el teatro de la Comedia, ante 300 colegas, al mismo manifiesto del dramaturgo griego Iakovos Kampanellis que se leyó ayer en todo el mundo. Velasco dijo que el teatro es una necesidad natural del ser humano. 'Las personas, cuando se enfrentan a una situación importante, se imaginan una representación mental en la que son autores, actores, libreto y escenario, y se convierten así en espectadoras de sí mismas'.

En la fiesta de la escena -organizada por el Centro Español del Instituto Internacional del Teatro, la Sociedad General de Autores de España (SGAE) y el Instituto Nacional para las Artes Escénicas y la Música- la risa y la sonrisa fueron más habituales que las caras largas ante las alusiones a la endémica crisis del teatro. La hay, pero se va pasando, a juzgar por los datos que aportó la SGAE: más de 12 millones de espectadores fueron al teatro el año pasado, y mil autores nuevos se dieron de alta en el registro.

El escenario de la Comedia acogió después la lectura de una serie de obras de Enrique Jardiel Poncela, en plena celebración de su centenario. Las piezas estuvieron prologadas por las actrices Carmen Conesa y Ángeles Martín, cuyas primeras intervenciones ya arrancaron carcajadas de un público más habituado a estar en el escenario que en el patio de butacas. Tal vez porque entre los espectadores eran mayoría los actores y las actrices, bastantes de ellos se olvidaron de apagar sus teléfonos móviles, cuyos sonidos improvisaron un inesperado concierto.

A pesar de estas aportaciones espontáneas a la música ambiente, los actores -Andoni Ferreño, Jaime Blanch, Manuel de Blas, Paco Valladares y Rafael Castejón- y actrices -Cristina Higueras, María José Goyanes, Analía Gadé y Marta Puig- consiguieron arrancar risas y aplausos con la ironía de los textos de Jardiel sobre los entresijos del teatro. En la lectura participaron la directora Elena Cánovas, el dramaturgo Ignacio Amestoy, el empresario Juanjo Seoane y el escenógrafo José Hernández. Al final, Nati Mistral describió de manera desternillante cómo se pone en escena un montaje, una agonía a pesar de la cual ella, y muchos allí presentes, si volvieran a nacer, dedicarían de nuevo su vida al teatro.