Primavera asimétrica
Victorio & Lucchino indagan en la mezcla de colores y tejidos en su colección de trajes de gitana
Enmedio del caos circulatorio y del ruido que envuelve el casco histórico de Sevilla, en la casa natal del pintor Diego Velázquez parecía ayer que el mundo se hubiese parado. O avanzado caprichosamente hasta detenerse en plena Feria de Abril sevillana. Esa era la sensación que se desprendía, nada más poner el pie en el umbral de esta señalada edificación, al escuchar el sonido de los tambores y el compás de las palmas que amenizaban el sarao ideado por los creadores Victorio & Lucchino para presentar su colección de alta costura de trajes de gitana 2001.
Una cuidada puesta en escena que transformó el patio del taller de los modistos en una pasarela donde las modelos, con más espíritu que gracia, se afanaban en lucir los exclusivos trajes de gitana de esta colección sin perder la sonrisa ni el ritmo que marcaban los sones del tambor. Y todo en un reducido espacio que el colorido de los trajes y de los mantones que colgaban de los balcones hacía mucho más diáfano. Estefanía Luyck, Laura Sánchez, Lola Alcocer y Carmen Arjona fueron las esbeltas perchas que escogieron Victorio & Lucchino para dar a conocer su nueva entrega de trajes de gitana de alta costura. 'Sí, de alta costura pero con diseños que pueden lucir cualquier mujer', se atropellaban en explicar los modistos ante las suspicacias que levantaron entre la concurrencia la reducida talla de las cuatro modelos.
Colores de siempre -rojo, rosa, negro y blanco-; tejidos 'de toda la vida' -percal, lino, algodón y piqué-; estampados florales y lunares, muchos lunares, de todos los tamaños y de formas asimétricas son los elementos que predominan en la última propuesta de los diseñadores sevillanos. Elementos todos al servicio del traje, 'el auténtico protagonista', según apuntaba Lucchino, que ambos creadores presentan esta temporada ceñido al extremo, desprovisto de adornos y con vertiginosos escotes que desnudan toda la espalda.
'Es un paso adelante en el concepto de traje, que pensamos ha de ser superfemenino. De ahí el talle bajo, su marcaje a la cintura, la ausencia de mangas, el juego a lo loco de volantes asimétricos que se presentan como una flor.... Vale todo porque esto demuestra que es un traje regional que está vivo', explicaba Victorio sobre las novedades de su última colección, que minimaliza los accesorios en beneficio del los mantones de manila, omnipresentes, ya sea atados al cuello o a la cintura. 'La idea es que la mujer cuide los complementos, que se quiebre la cabeza para ser más sofisticada y haga volar aún más su imaginación. Es un complemento que toda mujer debiera llevar a diario en el bolso. Incluso a una alemana que se lo pusiera le sentaría bien', sentenció Victorio.
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