El futuro del tenis americano

Cuando el horizonte está despejado, cualquier movimiento adquiere relevancia. El tenis estadounidense sigue viviendo a las espaldas de Andre Agassi y de Pete Sampras, a pesar de que los dos rondan los 30 años. No hay nada nuevo donde agarrarse. El lanzamiento de Jean-Michael Gambill, ahora con 23 años, no está respondiendo a las expectativas -lleva ganados los torneos de Scottsdale y Delray Beach-, y la maquinaria de la mercadotécnia estadounidense le ha encontrado ya un sustituto: Andy Roddick.

Ha bastado una victoria sobre Pete Sampras (7-6, 6-3) en la tercera ronda del torneo de Cayo Vizcaíno para que este jugador de 18 años -cumplirá los 19 en agosto- haya sido bautizado como el futuro del tenis estadounidense. 'Desde luego', confesó el propio Sampras, que lleva 13 títulos del Grand Slam a sus espaldas, 'si es capaz de mantener el nivel de juego que desplegó ante mí, no tengo dudas de que va a ser el futuro. Es capaz de mantener un nivel de saque por encima de los 200 kilómetros por hora, y su resto te complica las cosas. Jugar contra él es difícil'.

Lo que más impresionó de su partido contra Sampras, sin embargo, no fue la efectividad de su saque y ni siquiera la contundencia de sus restos. Lo que dejó perplejos a los espectadores que llenaban la pista central del Ericsson Open fue su ridículo número de errores no forzados, sólo cinco, a pesar de que debió tomar muchos riesgos (27 golpes ganadores) para derrotar a Sampras. 'Probablemente', reconoció el propio Roddick, 'es el partido en el que mejor he sacado en mi vida. Sin embargo, intenté pensar en cada punto y alejarme de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor'.

No debió de resultarle fácil. Roddick no es todavía un experto en este tipo de compromisos. Hace sólo un año que ha adquirido la condición de profesional, y lo que más reluce en su palmarés siguen siendo los triunfos en las pruebas júnior de los abiertos de Australia y de Estados Unidos, sin perder una manga, que le convirtieron el año pasado en el mejor júnior del mundo. Ésa era una situación que los norteamericanos no vivían desde 1992, cuando Brian Dunn fue la mejor promesa.

De Dunn nadie se acuerda. Pero Roddick llegó a los cuartos de final de Washington el año pasado y ganó un challenger en Hawai el pasado mes de enero. Es el 119º mundial y parece tener un futuro más claro. 'Lo que acaba de hacer no me sorprende en absoluto', señala Patrick McEnroe, actual capitán del equipo de Copa Davis de Estados Unidos. 'Pone mucho entusiasmo y es muy competitivo; además, ¡tiene un concepto tan claro del juego! Cada vez que le veo ha mejorado algo. Su revés no era el mismo hace sólo cinco meses. Ahora te hace daño con este golpe'.

Ganar a Sampras y a Ríos, dos números uno, en el mismo torneo, ha convertido a Roddick en el abanderado de un grupo de jóvenes promesas norteamericanas que incluye a Taylor Dent, Mardy Fish y Robby Ginepri, por el momento auténticos desconocidos. Pero, ¡cuidado!, su próximo rival, el rumano Andrei Pavel (21º mundial) puede amargarle la fiesta.

Ayer, Àlex Corretja superó a Jerome Goldmard por 7-6 (7-1), 7-6 (8-6) y se clasificó para los cuartos de final, donde se enfrentará a Clavet o Rafter. También en octavos, Martina Hingis eliminó a Magüi Serna por 6-3, 6-4. El domingo, Arantxa Sánchez superó a Nicole Pratt por 6-0, 7-6; y Juan Carlos Ferrero, a Bohdan Ulirach por 7-6, 6-3. También en octavos Martina Hingis eliminó a Magüi Serna por 6-3, 6-4. La rusa Demtineva eliminó a Sánchez Vicario por 6-1y 6-2.