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Columna
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Colunga

Rafael Álvarez Colunga ha pedido a la Junta de Andalucía que cambie su política económica, demostrando que las relaciones con el poder pueden cambiar según convenga. Es posible que al presidente de la CEA le convenga distanciarse de la Junta y arrimarse al PP y, por tanto, como dicen desde el PSOE, hable presionado por aquel. Pero también cabría la posibilidad de que la reforma laboral del Gobierno y el contento de la COE con esa reforma, obligue a no llegar a acuerdos distintos en otros lugares con gobiernos en línea diferente de la del Gobierno de Madrid. Sea por cualquiera de las dos cosas, que son la misma, o por otra, lo cierto es que Álvarez Colunga ha tomado distancia y ha atacado como quien acaba de llegar y nunca ha estado implicado en ningún acuerdo con la Junta de Andalucía. Los sindicatos le han recordado que los empresarios también son responsables de lo que pase con la economía. Álvarez Colunga no conoce la autocrítica o al menos no la practica, o, en todo caso, no la ha practicado esta vez. Libera a los empresarios de toda culpa, cuando, como ha dicho el secretario general de CC OO de Andalucía, Julio Ruiz, en la sala en la que hablaba Álvarez Colunga, repleta de empresarios, había una gran responsabilidad sobre la rapidez o la lentitud del avance de Andalucía.

Las palabras del empresario han sonado a algunos excesivas, y si lo son no es porque sean críticas, sino porque no lo son consigo mismo ni con los suyos, quienes, como le ha recordado el secretario general de UGT, deben asumir su responsabilidad en el desarrollo económico de Andalucía. Y, por cierto, a Álvarez Colunga le ha salido algo respondón el mismísimo presidente de los empresarios sevillanos, Fernando Guerrero, quien cree que 'Andalucía tiene déficit de financiación y como consecuencia déficit de inversión'. Dice Guerrero que 'Sevilla y Andalucía van razonablemente bien, pero le falta el motor y el motor en economía no es otro que la inversión, que no se puede hacer sin un nivel de financiación suficiente'. Fernando Guerrero no sólo se aleja de la línea Álvarez Colunga, sino que con su versión de las cosas ofrece elementos para un debate muy a tiempo, teniendo en cuenta que el próximo asunto a resolver y por tanto el debate que viene es, precisamente, el de la financiación.

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