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El 38% de los desplazamientos por la ciudad de Barcelona se realizan caminando

El Ayuntamiento es partidario de restringir el tráfico rodado en el casco urbano

Barcelona es una de las ciudades europeas donde se camina más. Si en otras la media de los desplazamientos efectuados a pie es del 15%, Barcelona está ya pasando del 38%, según unas estadísticas elaboradas por el área de Vía Pública del Ayuntamiento de Barcelona, que compara el medio de transporte utilizado en febrero de 1999 y durante el mismo mes del año pasado.

El tipo de ciudad -de una dimensión mediana y con una gran concentración de la actividad terciaria- y el clima son dos de los factores que más influyen para que cada día sean más las personas que optan por ir caminando al trabajo o a acompañar a los niños al colegio. Y un tercer aspecto que influye es la congestión de tráfico que prácticamente a diario soportan bastantes de las vías principales que atraviesan la ciudad, como buena parte de las calles del Eixample.

Dos millones de coches

Cada día, Barcelona soporta el ir y venir de 1.150.000 vehículos cuyo origen y destino no es la ciudad, cantidad a la que hay que añadir otro millón de vehículos privados que se mueven por desplazamientos internos. 'Hay que potenciar todo lo que se pueda los desplazamientos a pie', afirma Pere Navarro, comisionado de la alcaldía de Movilidad y Circulación.

Navarro opina que una de las formas de potenciar los desplazamientos a pie es pacificar las vías urbanas, lo que se suele conseguir ganando terreno para el peatón o aplicando medidas restrictivas al tráfico rodado.

En el caso de La Rambla, por ejemplo, en un año se ha conseguido reducir la circulación un 10%. Según la comparación entre febrero de 2000 y el mismo mes de 2001, la circulación en sentido descendente ha bajado un 11%, y hacia la plaza de Catalunya, un 9%.

El descenso del tráfico en La Rambla está estrechamente relacionado con la prohibición de que circulen autocares por ella y con la limitación del horario de carga y descarga. Desde noviembre del año pasado, sólo los autocares con destino a uno de los establecimientos hoteleros de La Rambla pueden circular por esta calle, y los que la atravesaban porque estaba incluida en el programa de viajes turísticos ya no lo pueden hacer, ya que originaban no pocos atascos de circulación, sobre todo en sentido descendente.

Muchos de los operadores turísticos protestaron inicialmente contra la medida de restricción alegando que se producirían muchos asaltos y robos a los turistas, explica Navarro. Ahora los autocares tienen un espacio para aparcar en la plaza de Catalunya y otro junto a las Drassanes, donde dejan y recogen a los turistas. Durante los meses de invierno los dos estacionamientos de autocares han funcionado 'bien', según Navarro. Pero será a partir de la primavera, durante la tempòrada alta de turismo, cuando se verá si esas medidas son suficientes.

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