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Reportaje:

Sandra Bullock va de 'miss'

La actriz da vida en su último filme a una policía que acude a un concurso de belleza para descubrir al 'malo'

La última película de Sandra Bullock es una comedia de acción sobre cuerpos de muy distinta naturaleza: el de policía y los pertenecientes a las esculturales y siliconadas muchachas aspirantes a miss que comparten cartel con ella. La actriz norteamericana es en Miss agente especial -cinta que no solamente protagoniza, sino que también produce- una policía del FBI, feúcha y más bien desmañada, que de la noche a la mañana tiene que transformarse en una preciosidad para poder infiltrarse en un concurso de belleza donde los investigadores sospechan que va a actuar un peligroso asesino en serie. La protagonista de Speed, La red y Mientras dormías estuvo ayer en Barcelona, donde presentó a la prensa su más reciente trabajo, dirigido por Donald Petrie (Mystic pizza, Dos viejos gruñones), que llegará a las salas de cine españolas el próximo 6 de abril.

Más menuda de lo que aparenta en la pantalla pese a los zapatos con tacón de aguja que calzaba -la talla y la edad de la Bullock son sus dos secretos mejor guardados-, exhibiendo una sonrisa de anuncio de dentífrico y vestida con una blusa de color rosa intenso, que dejaba al descubierto su hombro izquierdo, y una falda negra abierta en el mismo lado que permitía entrever su muslo, compareció durante una media hora ante los numerosos periodistas que acudieron a la cita. Este corto tiempo le dio para hablar de los concursos de belleza, de las operaciones de cirugía estética, de su personaje en Miss agente especial, del reparto, de su faceta como productora, de Hollywood, de su reciente accidente de avión, de sus proyectos y hasta de sus planes para convertirse en esposa y madre, que por ahora habrán de esperar.

La actriz, nacida en Arlington, suburbio de Washington DC, el 26 de julio de 1964, 1965 o 1966, eso depende de la biografía que se consulte, aseguró que jamás se presentaría a un concurso de belleza, aunque precisó que respeta a las que lo hacen, porque creen ver en estos eventos una plataforma de lanzamiento. Tampoco, según afirmó, se sometería nunca a una intervención de cirugía estética. 'Estoy muy satisfecha con mi cuerpo', lanzó, y añadió para corroborar su punto de vista que Deborah Kerr, 'la mujer más bella del mundo', no ha pasado por el quirófano en toda su vida. En cuanto al personaje de Gracie Hart, cuya apariencia y maneras cambian por completo tras pasar por las manos del personaje al que da vida Michael Caine, una especie de Pigmalion que convierte al patito feo que es la agente del FBI en una glamourosa candidata a miss, Sandra Bullock dijo sentirse más próxima a la policía que a la bella. 'Se parece mucho a mí cuando iba al instituto, es igual de torpe que era yo entonces', comentó.

Además de Michael Caine -'cuando aceptó participar en la película no nos lo podíamos creer, incluso nos asustamos', recordó la actriz-, en el reparto de Miss agente especial figuran Candice Bergen (Murphy Brown, en televisión), a la que Bullock definió como 'una persona muy graciosa y malvada', y Benjamin Bratt, el novio de Julia Roberts en la vida real, que encarna a su jefe. 'Ya había trabajado con Benjamin en Demolition man hace muchos años, y es uno de los hombres más maravillosos que conozco, y además muy guapo', apuntó la actriz.

Bullock respondió un punto hiératica y circunspecta a las preguntas: las serias y las no tanto. Sólo se permitió un chiste cuando alguien se interesó por su reciente accidente de avioneta, ocurrido en diciembre pasado, del que ella y su novio, Bob Schneider, salieron ilesos. 'Lo hice adrede: necesitaba la atención de la prensa', bromeó. Y únicamente se la notó algo molesta en el momento en que tuvo que contestar una intervención a propósito de las malas críticas que reciben sus últimos filmes, precisamente los que ella misma ha producido. 'Si tuviera que leer todo lo que se escribe sobre mí, posiblemente me mataría. Francamente, nunca leo las críticas'.

Sandra Bullock, ayer en Barcelona.
Sandra Bullock, ayer en Barcelona.EFE

'Tengo el poder que quiero'

Sandra Bullock decidió hace algunos años producir sus películas, y no se arrepiente. 'No me apetece entrar en la dinámica de un gran estudio de Hollywood, porque acaban manipulándolo todo. Me gusta controlar lo que hago, y si tengo que meter la pata, la quiero meter yo solita y no que me critiquen por algo de lo que no soy responsable', dijo. 'Por otro lado', prosiguió, 'me encanta integrar la familia que está detrás de la cámara'.

En este sentido, la actriz aseguró que en Hollywood tiene 'el poder' que quiere, y felicitó a otras profesionales del cine o de la televisión que considera en su misma línea, como Julia Roberts y Ophra Winfrey, 'porque han abierto las puertas a otras mujeres'. 'Hacen falta', continuó Bullock, 'más papeles femeninos, más películas para mujeres. Eso hará, en definitiva, que seamos más poderosas'.

La actriz se toma con calma su próximo proyecto, Fool proof -que podría traducirse como Infalible-, del que será productora ejecutiva y donde compartirá cartel con el actor Benjamin Chaplin. 'No tengo ninguna prisa, además puede haber una huelga en Hollywood que lo paralice todo', comentó. E hizo seguidamente una defensa encendida de dicha movilización.

'Hay que luchar contra los estudios para poder ganar, y las cosas, en mi opinión, no están en vías de solución. No parece que mañana se vaya a llegar a un acuerdo. Algunos dicen que en dos meses todo se solucionará, pero también hay quien habla de un conflicto que pude durar incluso dos años', señaló.

Bullock estuvo especialmente crítica con la prensa norteamericana, y, a propósito de la difusión de los salarios de las grandes estrellas, la actriz fue contundente: 'Eso son solamente chismorreos'.

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