Luque y Eto'o la 'lían' en el Mallorca
La pareja de delanteros cuenta las claves por las que el equipo de Luis ha tuteado a los 'grandes'
Un antiguo recogepelotas del Dream Team -Luque- y un camerunés dicharachero cedido por el Madrid -Eto'o- han llenado de goles y de alegría a un Mallorca eufórico.
Lo primero que salta a la vista de Eto'o es su desparpajo. Llega tarde a la cita, se disculpa, saluda a los camareros de la cafetería del paseo marítimo de Palma, bromea con unos y otros, y pide comida. No importa que sean las siete de la tarde de un viernes previo a la visita del líder de la Liga a Son Moix. 'Jamoncito', pide Eto'o, que viste de blanco y habla un castellano muy castizo: 'La voy a liar', advierte el delantero ante el partido del domingo ante el Madrid.
No son gratuitas las advertencias. Él y su compañero de ataque Albert Luque no han dejado de liarla desde que volvieron de los Juegos de Sydney. Eto'o es un torbellino de 20 años que habla por el teléfono móvil, come y atiende a la entrevista. Todo a la vez. Su amigo Luque, de 22 años, es más serio, puntual y comedido.
Si a José Mari le reprendieron recientemente en el Milan por reírse en un calentamiento, a Luque y Eto'o la risa les desborda. Puestos a bromear, el camerunés se atreve incluso con el entrenador, Luis Aragonés: 'Estás tieso, Luis', le puede soltar el camerunés al veterano preparador tras un fallo de éste en el control. Atrás quedó el episodio de Zaragoza, cuando Aragonés zarandeó a Eto'o porque el delantero se quejó al ser sustituido. 'Ahora son los que mejor se llevan', apunta Luque.
Cuando Eto'o y Luque regresaron de los Juegos de Sydney con las medallas colgadas al cuello -de oro el camerunés y de plata el catalán-, el Mallorca era penúltimo clasificado, con un punto en cuatro partidos. Hoy es quinto, pisándole los talones a los cuatro grandes, a los que ha tuteado en todos los casos salvo en uno: en el Valencia-Mallorca (3-0) de la primera vuelta, antes de que la joven pareja volviera de Australia. Luque suma ocho goles; Eto'o, seis.
'Si España no nos ganó en la final de Sydney, no nos ganará nunca', se jacta Eto'o antes de explicar que él negoció hasta las cuatro de la mañana de la víspera de la final con las autoridades camerunesas para que les pagaran unas primas acorde al gran éxito. 'Pedimos tres millones y al final nos dieron más', dice orgulloso Eto'o. 'Fue una final muy rara. Teníamos mucho mejor equipo', apunta Luque, que apenas jugó ese campeonato. Le afectó físicamente el abrupto cambio horario de los Antípodas. Ahora, en cambio, está afilado, con cuatro kilos menos y la zurda siempre dispuesta. 'Luque regatea muy bien, tiene más pegada que Roberto Carlos', le elogia Eto'o, para a continuación regañarle cariñosamente: 'Pero debe trabajar más. Cuando trabaje más, será un crack'. Eto'o es un futbolista muy distinto: 'Eléctrico, siempre moviéndose', lo define Luque. Luis Aragonés ha hallado materia prima en estos dos jóvenes para convertirlos en goleadores. ¿Cómo? 'Trabaja mucho por líneas, practicamos los remates: yo, en concreto, he mejorado mucho de cabeza', explica Luque, catalán de Sabadell que presenció, como recogepelotas, la cola de vaca de Romario a Alkorta en el 5-0 del Barça al Madrid en 1994.
Luque empezó en el fútbol sala y se lo llevó al Barça el Lobo Carrasco. Allí estuvo desde los 13 años hasta la etapa de juveniles, que le dieron la baja. Se marchó al Ferran Martorell y de ahí al Mallorca. Hace dos temporadas, Cúper lo subió al primer equipo y presenció desde el banquillo la final de la Recopa que el Mallorca perdió ante el Lazio (2-1). De su sentimiento culé, conserva las camisetas de Romario y de Stoichkov, sus dos ídolos. De Cúper, Luque recuerda el intensísimo trabajo físico que les exigía, y de Aragonés destaca el gran ambiente que crea en el vestuario.
Descubierto a los 14 años por Pirri, ex secretario técnico del Madrid, Eto'o vivió solo en un hotel de la capital española durante un tiempo. 'Nos recordaba a Weah y nos costó muy barato', comentó ayer Pirri. Fue un niño prodigio. A los 15 años jugó con el Leganés en Segunda y a los 16 disputó el Camerún-Italia de Francia-98. Cedido primero al Espanyol, donde no rascó bola con Brindisi, y después al Mallorca, donde se ha hecho un nombre. Su cláusula de rescisión -8.000 millones- disuade a los interesados, mientras el Madrid piensa en repescarlo. 'Quiero jugar la Champions y algún día ser el mejor del mundo', dice sin ruborizarse Eto'o antes de evocar a su gran ídolo: Roger Milla.
'Ser internacional absoluto; jugar en un grande', aspira Luque, que no se cansa de ensalzar a su entrenador y a sus compañeros. De Luis cuenta un ejemplo definidor. 'Lo primero que hizo Aragonés cuando vino fue mandar que el Chupa López, que estaba apartado del grupo, se entrenara con nosotros'. Y después, Luque repasa las claves del equipo: 'Ibagaza es desequilibrante, casi imposible quitarle el balón; Nadal podría seguir en el Barça; Miquel Soler se entrena más que nadie; y Novo va a ser una sensación'. A todo esto, Luis insiste en el vestuario: 'Vamos a quedar entre los cuatro primeros'.
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