_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ricos y pobres

Los árabes ricos no tienen problemas en la Costa del Sol. Llegan con su dinero, compran todo lo que se vende y toman posesión. Los árabes pobres, los ecuatorianos pobres, y cualquier otro pobre que pretenda tener derecho a un lugar al sol de los ricos, pretende demasiado y no es consciente de que estropea el paisaje. La verdad es que los ricos lucen mucho y los pobres suelen vestir fatal y no pegan nada en Puerto Banús, por poner un ejemplo de lujo, pelín hortera si quieren que les diga, y siempre a mi modo de ver, que no tiene por qué coincidir con el modo de ver de Jesús Gil, por poner un ejemplo. Los pobres no visten y, más o menos así aunque con otras palabras, lo ha expresado el presidente de ASAJA-Andalucía, Javier Ciézar, que ha descubierto su pensamiento en pocas palabras, al pedir a los empresarios malagueños que no contraten a inmigrantes para evitar que se creen bolsas de marginación que perjudicarían la imagen de la Costa del Sol, quiere decir al turismo de la zona. Son palabras que rezuman racismo, lamentables y duras para quienes, por cierto, no tendrán por qué vivir en situación de marginación si se les pagan buenos sueldos y se les hacen buenos contratos, y reciben buen trato, y se les agradecen los servicios prestados. Porque el inmigrante que trabaja colabora al desarrollo del lugar en el que trabajo, ni más ni menos. Javier Ciézar es el presidente de ASAJA y esa circunstancia hace que sus palabras adquieran aún mayor gravedad, a pesar de lo cual al presidente del PP de Málaga, Joaquín Ramírez, no le parece que en ellas haya racismo. El racismo es un sentimiento que se escapa por la boca de quien lo siente, y decir que los inmigrantes dañan la imagen de una ciudad, de un barrio, de una catedral o de una casa de vecinos es racismo, se mire como se mire. Al señor Ciézar se le ha ido el sentimiento por la boca, y si eso es malo, más grave aún es que alguien lo entienda y lo justifique. Lo peor de actitudes como la del presidente de ASAJA es que van calando en el miedo de la gente y consiguiendo que hasta quienes ayer fueron emigrantes, rechacen a los que llegan, como ellos llegaron antes a otros lugares en los que supieron de la indiferencia, cuando no el desprecio de aquellos a quienes, lo supieran o no, como ahora nosotros, recibían entonces y recibimos ahora, a gente que les ayuda a crecer.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_