Carod busca el apoyo del congreso de ERC para dejar atrás actitudes de resistencia y reforzar su poder
El incipiente sector crítico mantiene la enmienda a la totalidad en el cónclave, que se abre hoy
La dirección de Esquerra Republicana (ERC) lleva semanas allanando el terreno para que el 23º congreso del partido, que se inicia hoy en Tarragona, sea una plácida demostración de unidad interna que refuerce el poder de Josep Lluís Carod y deje atrás actitudes de resistencia en el partido. Un sector integrado únicamente por militantes de base se opone al intento de la dirección de ir preparando el terreno para que Esquerra se incorpore al Gobierno de la Generalitat en un futuro no muy lejano y mantiene una enmienda a la totalidad a la ponencia política.
ERC preparó el congreso que empieza hoy prácticamente como un acto festivo más en el marco de la celebración del 70º aniversario de su fundación, que serviría además para reforzar el liderazgo de Carod y acabar con la actitud de resistencia que caracterizó el partido en los años noventa.
Pero las polémicas declaraciones sobre inmigración de Heribert Barrera han comprometido el éxito del cónclave, a pesar de que el veterano político no acudirá al congreso. Además, la dirección no ha logrado convencer al historiador Josep Pinyol, un militante de base de Cornellà (Baix Llobregat), para que retire la enmienda a la totalidad que ha presentado, en la que se cuestiona el objetivo de la dirección de convertir Esquerra en un partido de gobierno.
Pinyol, que encabeza un incipiente sector crítico que advierte de las 'concesiones' de la dirección, ya enmendó la ponencia oficial en la conferencia que ERC celebró el año pasado en Manresa (Bages) y obtuvo casi el 40% de apoyo.
En esta ocasión, la cúpula del partido se ha empleado a fondo con el objetivo de que su enmienda no supere el 10% para no comprometer la imagen de partido moderno y preparado para gobernar que la dirección quiere proyectar.
El congreso reforzará el poder interno de Carod porque las vicesecretarías generales adquirirán un perfil menos político. El hasta ahora hombre fuerte del partido, Joan Puigcercós, abandonará la vicesecretaría de Organización al no ver reconocida su condición de número dos, lo que hará más evidente el liderazgo indiscutido de Carod.
El portavoz del partido en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, regresará a la dirección permanente si prospera la propuesta de la dirección, aunque aún siguen vivas las enmiendas que tratan de evitarlo.
