La penúltima patada de Hagi
El jugador rumano se enfrenta a una grave sanción en Turquía por pisar a un árbitro
Impulsivo por naturaleza y engreído de oficio, Gica Hag i (Sacele, 1965) va camino de emborronar en cuatro días, tal que fuera un cualquiera, un currículo de número uno forjado en 36 años y que en su día mereció el calificativo de Maradona de los Cárpatos y la distinción de jugador del siglo en Rumania. A juzgar por su comportamiento, más propio de un novato, Hagi no encuentra el momento de retirarse, de manera que aspira a que le echen del fútbol.
El rumano, capitán del Galatasaray, se enfrenta en las próximas horas a una sanción que puede apartarle del equipo hasta final de temporada y, consecuentemente, dejarle sin club una vez que ya se despidió de la selección de su país -en la que disputó 125 partidos-, después de romper los ligamentos del tobillo derecho al italiano Antonio Conte en la pasada Eurocopa.
Pero esta vez, el enemigo de Hagi no fue ningún contrario. Resulta que, furioso porque el árbitro anuló un gol que previamente había concedido en el partido Galatasaray-Genclerbirligi (2-1) del campeonato turco, Hagi se ganó la expulsión con una doble amonestación por sus protestas. Antes de abandonar el campo, sin embargo, el jugador insultó, escupió y pisó al colegiado mientras sus compañeros intentaban conducirle al vestuario, de acuerdo al relato de las agencias turcas.
De uno a siete meses
Las previsiones apuntan a que Hagi puede ser suspendido de uno a siete meses, un castigo que compromete su futuro (en enero le ofrecían 700 millones de pesetas por renovar un año como jugador y, además, segundo entrenador) y a buen seguro dañará su ascendiente sobre la hinchada del Galatasaray, un club que, atado a la zurda del '10' rumano, conquistó la pasada edición de la Copa de la UEFA -el primer título europeo que gana un club turco-, y este año, amén de ganar la Supercopa, se ha clasificado para los cuartos de final de la Liga de Campeones.
El hecho de que Hagi haya encontrado quien le defienda difícilmente evitará la sanción que planea sobre él. Mircea Lucescu, actual técnico del Galatasaray, declaró que su jugador favorito "ha sido víctima de una provocación vergonzosa. El árbitro, antes del encuentro, ya le comentó que le iba a expulsar. Él no se explica lo ocurrido, pero ya ha pedido disculpas".
La impropia reacción de un jugador con la experiencia de Hagi no satisfizo a su entrenador, "por descontado y él lo sabe muy bien" dijo Lucescu, que sin embargo añadió: "Pero tengo que darle parte de razón".
Futbolista exquisito y anárquico, autor de goles únicos como los que logró en el Mundial del 94 o el que firmó, con la camiseta del Barcelona, ante el Celta en Vigo desde el medio campo, Hagi puede tener en el Galatasaray una salida parecida a la que ya protagonizó en el Madrid y el Barça, donde se le recuerda como un jugador tan bueno y singular como excéntrico, capaz igualmente de tocar la gloria con un golazo o la miseria con una vulgar patada.
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