'A mí me gustaba pasar y regatear, no ser portero'
La mirada de José Francisco Molina, de 30 años, es directa y clara, de una sinceridad aplastante. El guardameta titular del Deportivo, que hasta la pasada Eurocopa lo fue también de la selección, reconoce sus carencias físicas y que se hizo portero por pura casualidad, porque a él lo que realmente le gustaba era jugar de jugador, como a casi todos.
Pregunta. ¿Se sintió linchado tras su error en la pasada Eurocopa ante Noruega?
R. Tuve un error y lo asumo. Cada uno obró como es y yo saqué mis conclusiones también. El seleccionador hizo lo que creyó oportuno. Errores todos cometemos y lo importante es en esos momentos tener la confianza del entrenador. Y yo, no la tuve.
P. ¿Aquí sí que la tiene?
'Cuando fallas es importante tener la confianza del técnico; y yo con Camacho no la tuve'
R. Desde el primer día, Irureta me puso en el equipo. Me he lesionado un par de ocasiones y enseguida que me he recuperado, ha vuelto a confiar en mí.
P. ¿Volverá a la selección?
R. De eso no quiero hablar.
P. ¿Está muy dolido?
R. Fue un palo muy importante el hecho de fallar y también el de que me quitase: las dos cosas.
P. ¿Recuperada la autoestima?
R. La tuve siempre. No puedo perder la confianza en mí por un error. Si cada vez que cometo un error, porque además he cometido unos cuantos en mi carrera, tengo que pensar que soy un desastre... Sé quién soy y lo que valgo.
P. ¿No está demasiado gordo?
R. No. No tengo el mejor físico para ser futbolista, pero con trabajo, las cosas se consiguen.
P. ¿Le sigue tirando el Atlético?
R. Lo tendré siempre en el corazón. Su gente es especial. Allí se vive el fútbol de otra manera. No sé si es el cariño tan grande que le tienen al equipo o qué, pero consiguen que estar allí sea muy importante.
P. ¿Qué diferencias observa en el Deportivo respecto al Atlético?
R. El Depor es un club más modesto, su ciudad es más pequeña y el historial, menor. Pero es un club con muchas ganas y que crecerá.
P. El Depor pagó 650 millones por usted, su cláusula de rescisión con el Atlético. ¿Tenía otras ofertas?
R. Eso no quiero decirlo.
P. Salió de la cantera del Valencia. ¿Por qué no triunfó allí?
P. Porque no jugaba y un jugador tiene que jugar como sea. En mi última temporada como tercer portero, Parreira no contó conmigo y me fui al Albacete.
P. ¿Siempre quiso ser portero?
R. No. A partir de los 12 años es cuando empecé a jugar de portero. Fue accidental . A los que nos gusta jugar al fútbol, nos gusta hacerlo de jugador: regatear, pasar...
P. Por eso es bueno con los pies.
R. No soy un desastre, pero sí bastante peor que mis compañeros. Pero no considero el juego de pies un elemento fundamental de un portero.
P. ¿Cuál fue su primer equipaje de fútbol?
R. Me regalaron, cuando era muy pequeño, un traje del Valencia, de jugador, sí. La primera vez que me vestí de portero fue en Pobla Farnals, en la playa, durante un torneo entre urbanizaciones. Tenía 11 años. Como en mi pandilla nadie quería ser portero, le tocó al tonto, y el tonto se puso. Y al final... pues fíjate. Aquello fue un verano, y en septiembre hice unas pruebas. El que iba a ser entrenador alevín del Benimar veraneaba allí. Estuvo mirando el torneo, que ganamos. Fuimos cinco a probar al Benimar y nos quedamos tres.
P. ¿Zubizarreta le sirvió de referencia?
R. En la época en que yo era un chaval, Zubizarreta era ya el mejor portero de España. No he tenido nunca un ídolo, pero sí he aprendido de todos los compañeros.
P. ¿Qué arqueros le gustan?
R. Barthez (del Manchester), Peruzzi (del Lazio), Bonano, el del River Plate...
P. ¿Cómo es que les ganó el Milan en Riazor?
R. Fue el partido típico con los italianos; ellos encerrados atrás y en una jugada te ganan.
P. ¿Va a llamar a José Mari?
R. No, desde que estuvieron aquí no nos hemos visto. Teníamos una relación muy buena en el Atlético, pero se pierde el contacto. Ya nos veremos en el campo y charlaremos un ratito.
P. ¿Por qué Fran es tan importante en el Deportivo y tan poco en la selección?
R. Es que yo no estoy de acuerdo con eso. Fran juega bien donde juegue, aunque pueda tener días malos, como todos.
P. ¿Qué hace en el tiempo que le deja libre el fútbol?
R. El único ocio que tengo son mi hijo y mi mujer.
P. ¿Lo de las patillas es un signo de identidad?
R. No, las llevaré hasta que me canse, pero no significan nada.
P. ¿Ha leído algo últimamente?
R. El libro de Maradona (Yo, El Diego). Está muy bien; es una cosa curiosa.
P. ¿Conserva alguno de sus guantes?
R. No conservo nada porque luego son todo trastos en casa que no sabes dónde meterlos.
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