El Barça sigue imparable (29-28)
Los azulgrana derrotan al Portland y Rivera suma su 61º título como técnico
La situación no se invierte. Este Barça sigue intratable. Hay tres equipos en España que han ganado títulos en las dos últimas temporadas, pero a dos de ellos les cuesta repetir. El Portland arrebató la Supercopa de Europa al Barça, pero éste le ganó la Supercopa española. Ayer, en Córdoba volvieron a encontrarse y los azulgrana rompieron la igualdad. Valero Rivera ganó su 61º título como técnico azulgrana y su equipo conquistó su cuarta Copa Asobal.
La diferencia pudo ser más holgada. Pero cuando el Barça ganaba por seis goles (26-20), a 14 minutos del final, comenzó a sentir que ya había ganado y prefirió dosificar su esfuerzo. Mantuvo el encuentro bajo control hasta los minutos finales, en los que el Portland, con una defensa al hombre que provocó pérdidas de balón azulgrana, se acercó hasta un solo gol. Sin embargo, cuando esa situación se produjo faltaban 39 segundos y el balón estaba en poder del Barça. Y ahí pesó la experiencia acumulada en tantas finales ganadas en el último segundo.
BARCELONA 29|PORTLAND 28
Barcelona: Svensson (Barrufet); Chepkin, O'Callaghan (2), Masip (5), Schwarzer, Hernández, Lozano (9), Cavar (2), Bustos, Guijosa, Nagy (8), y Ortega (3, 1 de penalti). Portland San Antonio: Hombrados (Buligan); Mainer (3), Barbeito (4, 2 de p.), Olalla, Garralda (6), Martín (3), Kisselev (1), Richardson (4), Ambrosio (1), Errekondo (1), y Iakimovic (5, 1 de p.). Árbitros: Muro y Rodríguez. Marcador cada cinco minutos: 3-4, 6-7, 10-8, 11-10, 13-11 y 15-13 (descanso). 18-16, 20-18, 25-20, 26-22, 28-24 y 29-28. Final de la Copa Asobal (el campeón se clasifica para la próxima Copa EHF). Alrededor de 3.500 espectadores en el palacio Vista Alegre, de Córdoba.
El partido se decidió en el banquillo. Fue crucial el acierto de Rivera dando relevo a sus jugadores más importantes para mantenerles frescos en los momentos importantes. Puede permitírselo, porque tiene un banquillo de calidad. En cambio, Zupo Equisoain, técnico del Portland, está más limitado en este sentido. Su banquillo apenas existe, y los únicos cambios que realiza son para dar entrada en defensa a Olalla y a Kisselev, y sustituir a Ambrosio por Barbeito en ataque. Eso no resulta suficiente, cuando la media del equipo supera los 30 años.
Este aspecto fue fundamental para que los laterales azulgrana Nagy, de sólo 19 años, y Lozano, de 24, mantuvieran la cabeza clara y lograran un nivel de aciertos que rondó el 90% en sus lanzamientos, y para que Masip actuara de gran director. Sin embargo, todas estas aportaciones no hubieran sido suficientes sin el sueco Svensson bajo los postes. Paró balones en momentos determinantes -Barrufet detuvo también tres penaltis-.
El Portland jugó con más intensidad que frente al Ciudad Real, y demostró ser un equipo competitivo y creativo. Pero también mayor. Su renovación no puede esperar, porque el nivel de exigencia al que es sometido el equipo titular resulta excesivo. Sobre todo en una competición que se decide en dos días. Equisoain, sin embargo, sólo se quejó de los árbitros al final del partido. 'Ayudan al Barça', dijo. Rivera ni le contestó.
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