'Las comparaciones con Aznar son peligrosas'
Pregunta. Se ha lucido con el decretazo.
Respuesta. Hombre, no se trataba tanto de lucirse, sino de tomar una decisión que fuese razonable y que, además, creo que estaba demandada por una amplia mayoría social.
P. ¿Le han mandado ya el jamón los empresarios?
R. Diría que ni está ni se le espera.
P. Para usted es un fracaso no haber logrado el acuerdo entre los agentes sociales.
R. El acuerdo era deseable. Pero el margen del que no disponíamos era el de la inacción. Fracaso será de quienes han estado sentados a la mesa.
P. Convénzame de que, a pesar de la pinta, es usted la alegría de la huerta.
R. Distingo la seriedad, que considero imprescindible en el trabajo y en la vida, de la tristeza, que considero imperdonable. Y eso me lleva a que trate de utilizar el humor incluso como una herramienta de trabajo.
P. De los José Marías, ¿cuál es el que más le excita: Cuevas, Fidalgo, Escrivá o Aznar?
R. Hombre, en el sentido clásico del término, ninguno. Alguno me incita a trabajar, otro incita mi celo y otro me crea una gran, respetuosísima distancia. Soy bastante menos espiritual de lo que algunos suponen.
P. Crece la panda castellano-leonesa en el Gobierno. ¿Qué puede pasarnos?
R. Como se dice en Castilla, nunca por mucho trigo fue mal año. Hasta ahora no hemos dejado mal no ya el pabellón, sino el pendón de Castilla.
P. Me intriga su frase: 'Cualquier comparación con el presidente por parte de un ministro es un deporte de alto riesgo'. Cuente, cuente.
R. Lo del riesgo fue porque me preguntaron si me consideraba más gracioso o más simpático que él.
P. Eso nunca, ¿no?
R. Naturalmente. Todas las comparaciones son odiosas, y con el presidente, peligrosas.P. Como cocinero, ¿qué cree que hay que echarle a la vida: huevos, sal, pimienta u otros ingredientes?
R. La primera recomendación me la hizo Martín Villa cuando me mandó en Navidad dos docenas de huevos de doble yema con un tarjetón que ponía: 'Te harán falta'. Afortunadamente, no ha habido que utilizarles en exceso. El mejor ingrediente es siempre un poco de humor y mucho trabajo.
P. Ni una tortilla con los huevos de Martín Villa.
R. Sí, sí, y estaban muy buenas. Pero no hubo que utilizarles en argot político.
P. ¿Ha amenazado a los agentes sociales con sus berenjenas asadas con pescado?
R. No. No ha habido que llegar tan lejos.
P. Quería ser futbolista o torero. ¿Cómo se quedó en esto?
R. Pues porque, como todos los niños, llegó una edad en la que ni jugaba bien al fútbol ni tenía todo el valor que hace falta para ser torero.
P. Sólo valía para ministro.
R. Como se dice en mi tierra, sólo valía para trabajar.
P. 'Fui progre'. ¿Cuándo se le pasó?
R. Eso no se me ha pasado del todo. Afortunadamente, vuelve en momentos en los que uno tiene que tomar decisiones.
P. ¿Y en qué se lo nota?
R. Pues en que todavía me siento con ganas de pelear por muchas causas románticas.
P. ¿Me entonaría un fragmento de Angelitos negros?
R. : 'Aunque la Virgen sea blanca, píntale angelitos negros...'.
P. ¿Cuál es su bolero favorito?
R. Si tú me dices ven...
P. ... lo dejo todo. ¿Es el que le cantó a Aznar cuando le llamó al Gobierno?
R. No, no. Se lo dije a una señora con la que estoy felizmente casado.
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