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LAS LIBRERÍAS ANDALUZAS

Clima, sociedad y cultura

Las condiciones sociales, culturales, económicas y climatológicas de Huelva no ayudan al incremento del interés ciudadano por la lectura. Ésta es la opinión de los libreros onubenses, que miran al futuro con pesimismo porque en la provincia se lee muy poco. 'La gente prefiere dedicar su ocio a la playa o al campo, pero no al recogimiento y a la intimidad que propone un buen libro', según Miguel Ángel Rubira, propietario de la librería Saltés y ex presidente de la Asociación de Libreros de Huelva, un cargo que se encuentra vacante en la actualidad.

Y es que Huelva sólo cuenta con 23 librerías abiertas para abastecer a los casi 450.000 habitantes que residen en los 79 municipios de la provincia. La mayoría de los establecimientos, 11 de ellos, se encuentran en la capital. 'Me parece un dato desalentador y muy preocupante, ya que en otras provincias españolas, con las mismas características que ésta, se duplican o triplican las cifras', señaló Rubira.

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Este librero, al igual que otros muchos, responsabiliza de la falta de lectores 'al escaso poder adquisitivo de los onubenses, los bajos índices de bienestar social y al lento progreso social que se percibe en la provincia'. Según Rubira, 'de momento, el sector se puede mantener por las ventas, a pesar de que son escasas'.

Venta en quioscos

La ciudad de Almería cuenta con seis librerías de carácter exclusivo, si se incluye la ubicada en el campus universitario, para los 170.000 ciudadanos censados en la capital. Esta proporción haría las delicias de cualquier vendedor si no fuera porque la venta de volúmenes, según libreros y comerciantes, se mantiene en un indefinido equilibrio, debido al nulo incremento de compradores y a la feroz competencia que los quioscos ejercen con la venta de casi toda nueva novela.

'Debe ser por el clima. Aquí los quioscos venden auténticas novedades, como el Premio Planeta del año pasado. Y yo eso no lo he visto en otras provincias. Por eso, aunque haya pocas librerías, uno se puede llevar a engaño', sostiene un comerciante.

Tampoco es casualidad que de los seis comercios cuatro tengan más de 25 años de historia: la apertura de un comercio exclusivo para libros antes de la creación de la Universidad se antojaba temeraria. La librería Cajal es una de las más antiguas, junto con la librería Pastoral, especializada en Teología y libros religiosos. También han celebrado ya sus bodas de plata o están a punto de hacerlo la librería Picasso, surgida en 1978 como cooperativa que más tarde pasó a manos de uno de sus socios fundadores, y la librería Nobel, dedicada a la venta de libros técnicos y textos universitarios desde 1976.

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