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Crítica:V FESTIVAL DE JEREZ | FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Luz, mucha luz

Este nuevo espectáculo de Blanca del Rey sigue fielmente la línea a que nos tiene acostumbrados. Enorme atención a todos los aspectos plásticos, y luz, mucha luz. Si hay un escenario luminoso en el flamenco es casi siempre el de esta bailaora en cuyo repertorio hay muchos temas de diáfana transparencia: las alegrías, las colombianas, incluso la soleá del mantón que, pese a la solemnidad del estilo, tiene mucho de alegre revuelo en una jubilosa arquitectura de formas hermosas pese a su fugacidad, o quizá por ella misma.

Blanca del Rey presentó su espectáculo con unos versos que dijo con sentimiento y una moderada interpretación: 'Esta noche mi corazón... a bocajarro se entrega'. Y se entregó, ciertamente, en un baile riguroso y vivido. Personalmente, hizo alegrías, tarantos con Diego Llori y la mencionada soleá del mantón, más la vuelta por bulerías y unos tanguillos finales.

Las alegrías permitieron a Blanca explayarse en un género que ella conoce bien y con el que se siente muy identificada. A su dominio técnico añade la gracia y la amplitud de recursos de un baile que en el pasado fue el más interpretado en los cafés cantantes. Blanca quizá lo hace un poco largo. El taranto, que bailó a dos con Llori, nos ofreció una Blanca del Rey poco conocida, bailando un romance de amor con su pareja. Es un registro no frecuente en la bailaora, que sin embargo lo hizo con los adecuados expresión y sentimiento. Y bailando espléndidamente. En cuanto a la soleá del mantón, una vez más nos sorprendió la bailaora con su asombroso juego de hacer y deshacer figuras en el aire sin perder el compás solearero en el baile. Una creación que a Blanca le vale siempre el éxito rotundo.

Llori bailó también una farruca que refleja sus características de bailaor, a veces un tanto desaforado, a veces recortándose muy ceñido. La farruca es más un baile en este registro, para bailaores sobrios, y ahí es donde Llori brilló con luz propia. El cuerpo de baile destacó en la preciosa colombiana de los abanicos, toda luz y gracia.

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