Serrat califica su gira con 'Cansiones' como 'una fiesta lúdica con el otro yo'
El cantante catalán continúa sus actuaciones por España hasta finales de abril
Serrat está en plena gira, llenando estadios como siempre (en el de Atlanta de Buenos Aires reunió a 20.000 seguidores), pero apenas acusa los estragos en su aspecto. Él cultiva esa pinta de siempre de estar tranquilo con uno mismo. ¿Que cómo lo consigue? 'Como puedo', cuenta con esa media sonrisa pícara. 'Tengo mis rincones ocultos, pero no tengo ganas de mostrarlos a nadie. Se los come uno mismo'.
Cuando Serrat/Tarrés compuso Cansiones no había nubarrones sobre su cabeza. Estaba en un momento de su vida 'eufórico'. 'Tarrés devuelve una serie de canciones que a lo largo de 30 años han confirmado el repertorio de noches llenas de amistad, de alegría'. Y que no hay que confundirlas con noches golfas. 'No es un trabajo alcohólico, es un juego lleno de sensualidad'.
En Cansiones, Serrat adopta textos de Julio Cortázar, Augusto Monterroso o Luis Torrent, entre otros, y se mezclan ritmos que a este cantante del barrio barcelonés de Poble Sec le salen de forma natural, alimentados por sus continuos viajes a Latinoamérica: un son puertorriqueño que se acerca a una colombiana, o un vallenato que se recicla en una rumba flamenca, y tangos que se acercan a baladas. Ha querido 'pasear el perfume que sólo los músicos argentinos pueden dar a esta música. Mederos hizo un esfuerzo para bajarse a ese nivel, estuvo muy generoso'. Define este trabajo 'muy diferente de otros, más sencillo y muy puntual'.
Serrat, que lleva tres décadas al pie del cañón, dice que lleva el paso del tiempo de la mejor manera posible. 'Con la conciencia absoluta de que el tiempo es irrecuperable, con la preocupación de ver que los plazos se acortan y la angustia de tener muchas cosas que hacer y no saber si podré hacerlas. Trato de llevarme lo mejor que puedo conmigo mismo'.
¿Y de su relación con las mujes, que le han seguido durante décadas? Él cuenta que asume ese vínculo con ellas con discreción. 'Creo que la discreción es una de las virtudes humanas mejor recompensadas y da grandes satisfacciones'. 'Mi relación con ellas pasa por el reconocimiento de haber sido tratado mejor de lo que he podido tratarlas en la mayoría de los casos. Y pasa por algo que para mí es absolutamente imprescindible, sin lo que la vida no merecería la pena'.
En esa querencia a continuar subido a un escenario, a comerse miles de kilómetros, año tras año, él, que ya ha acumulado todas las dosis del éxito posible, confiesa que la vanidad juega un papel importante en todo eso. Aparte de la pasión por la música, claro. 'El exhibicionismo y el narcisismo influyen muchísimo. Un artista siempre es un gran narciso, aunque en casa sea un tímido'.
Este cantante, que ha cumplido los 57, afirma con toda naturalidad del mundo que puede salir del ojo del huracán en cualquier momento, y sin aspavientos. 'No quiere decir que lo vaya a hacer ahora, pero llegará. Pensaré en el escenario como en algo con lo que he sido feliz, pero no imprescindible para seguir vivo. No pensaré, desde mi casa, que mejor estaría en un escenario'.
Babelia
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