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Reportaje:

Ciudadano Orson Welles

El CCCB presenta al cineasta como un artista transgresor, combativo y crítico con el poder

Sostiene el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante que en la historia del cine hay un antes y un después de Ciudadano Kane, por eso él propone que los filmes se daten a.W. o d.W., es decir, antes o después de Orson Welles. Tal es la importancia y la influencia que el director y actor, nacido en Kenosha, Wisconsin (EE UU), en 1915, ha tenido y aún tiene en la cinematografía, y en el arte mismo, que el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) lo ha elegido como uno de los fars del segle XX, atributo que desde hace un par de años otorga a los artistas, científicos y pensadores con más talento de los últimos 100 años, a quienes dedica una instalación, no puramente estética sino con voluntad de ser un espacio de reflexión sobre la vida y la obra del creador.

La que recrea el mundo de Welles -proyectada por el artista Frederic Amat y el crítico e historiador del cine Jordi Balló-, que se abre hoy al público y cerrará sus puertas el próximo 22 de abril, subraya el carácter transgresor en la estética y combativo en el mensaje que tiene la filmografía del cineasta, muerto en Los Ángeles en 1985 y cuyas cenizas están enterradas en la ciudad malagueña de Ronda.

El director del CCCB, Josep Ramoneda, dijo ayer de Welles que 'nadie ha ido tan lejos como él en la explicación, manifestación y descripción de la voluntad de poder'. Jordi Balló insistió en esta apreciación y subrayó la capacidad que tuvo el cineasta 'para hacer crítica del poder de una manera extraordinaria'. En este sentido, aseguró el historiador del cine que actualmente no se encontraría ningún ejemplo comparable a la gesta de Welles -un novato entonces en la dirección de cine y un forastero en Hollywood- de arremeter contra el poder mediático de un magnate de la prensa como era Randolph Hearst.

Destacó asimismo Jordi Balló la vertiente formalmente innovadora de la obra de Welles en todos los campos. En el cine, donde sus aportaciones estéticas más interesantes son el plano secuencia y la profundidad de campo, y en la radio, para la que grabó dramáticos de enjundia, como el consabido La guerra de los mundos, con cuya emisión, recordó Balló, Welles tuvo el coraje de poner en duda la credibilidad de los medios y de la sociedad del espectáculo en un momento en que ambos eran incipientes, y también de numerosas piezas clásicas.

Frederic Amat, por su parte, explicó: 'El objetivo de la exposición es informar sobre Welles y su filmografía, y sobre todo lograr que el espectador sea víctima de la misma fascinación por el personaje que hemos sentido quienes hemos trabajado en este montaje'.

Hasta la biografía de Welles es de película. Hijo de un industrial y de una pianista, se quedó huérfano a los 13 años. A los 15, se embarcó hacia Irlanda. En Dublín, se hizo pasar por un actor célebre estadounidense de 22 años y así consiguió su primer trabajo en el Gate Theatre. De vuelta a Estados Unidos, prosiguió su carrera teatral con obras como el musical Craddle will rock, prohibido por la censura y del que el cineasta Tim Robbins ha hecho una versión cinematográfica recientemente. En esta época, simultanea el teatro y la radio, y en 1941, con sólo 26 años, dirige Ciudadano Kane. En los años cincuenta se traslada a Europa, donde realiza la mayoría de sus películas. A esta época corresponden Una historia inmortal, que cierra su itinerario argumental sobre los hombres sedientos de poder, y Mr. Arkadin, rodada en España.

La instalación empieza en el mismo patio del CCCB, donde las letras O W, grabadas en negro sobre el pavimento dirigen al visitante hacia el inicio propiamente dicho de la instalación, en el sótano del edificio. En la primera sala, varios montones de diarios apilados evocan la conocida escena de Ciudadano Kane donde aparece Orson Welles, en una imagen en picado, encarnando al poderoso empresario de prensa. En este espacio dos pantallas 'dialogan', en palabras de Amat, sobre la obra del cineasta. Lo que ha hecho él, con la colaboración de la cineasta Mariona Homedes, es seleccionar varias secuencias de películas dirigidas o interpretadas por Welles e imágenes donde aparece -por ejemplo dirigiendo-, y montar todo el material de manera que 'rompa con la argumentación filmográfica de Welles', según Amat. 'Es como quebrar un cristal y recuperar el mosaico que resulta del destrozo', ilustró el artista. En este punto, Jordi Balló recordó que los rostros a los que Orson Welles dio vida y voz fueron siempre de 'personajes que él detestaba'.

La siguiente sala muestra la faceta radiofónica de Welles -la teatral no está representada en la instalación-, con un cartel en el que constan todas las obras que firmó para la radio, las cuales, en opinión de Jordi Balló, podrían conformar un canon literario occidental por su gran importancia. En esta parte, el espectador accede a un locutorio donde, a través de unos auriculares, tiene la oportunidad de escuchar los programas de radio que grabó Welles.

Al final del recorrido, el visitante se encuentra con una tercera pantalla donde se proyectan dos tráilers poco conocidos que dirigió el propio Welles para dar publicidad a dos de sus películas, Ciudadano Kane y F for fake, protagonizada esta última por su última esposa, Oja Kodar, y en la que vuelve al asunto del engaño, que ya abordó en La guerra de los mundos. En este caso reflexiona sobre la falsificación del arte. En esa pantalla se exhibe, además, una de las joyas de la instalación: el cortometraje inédito de cinco minutos de duración Unsung heroes, protagonizado y dirigido por Orson Welles en 1979. Esta pieza, restaurada por el Filmmuseum de Munich, donde está depositada la obra inacabada del cineasta, será presentada en el CCCB el próximo 19 de marzo por la viuda de Welles, la actriz Oja Kodar.

Paralelamente, la Filmoteca de Cataluña tiene previsto ofrecer durante los meses de marzo y abril una retrospectiva completa de todos los filmes acabados y estrenados de Orson Welles, pero además exhibirá varios de sus proyectos inacabados (It's all true, Don Quijote, The deep), filmes preparados por él pero firmados por otros (Journey into fear), filmes sobre filmes (Filming Othello, su última obra acabada, y Filming the trial), fragmentos sin continuación (The merchant of Venice), ensayos televisivos (Around the world with Orson Welles), apariciones publicitarias, copiones de trabajo, tráilers, etcétera.

Jordi Balló (izquierda) y Frederic Amat, en el espacio que recrea la escena de <b></b><i>Ciudadano Kane,</i>.
Jordi Balló (izquierda) y Frederic Amat, en el espacio que recrea la escena de Ciudadano Kane,.CARLES RIBAS

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