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Greenspan dice que la ralentización no ha terminado en EE UU

Enric González

Una cosa resultó evidente: las cosas están más difíciles de lo que se pensaba. En los últimos tres meses del año pasado, el trimestre del gran frenazo económico, el producto interior bruto de Estados Unidos no creció un 1,4%, como había adelantado el Departamento de Comercio, sino el 1,1%, el ritmo más débil desde la primavera de 1995. Y los leves signos de recuperación detectados por el propio Alan Greenspan hace un par de semanas, cuando opinó que lo peor ya había pasado, se han desvanecido en febrero. El mercado inmobiliario, que recobró de forma inesperada el aliento en el mes de enero, ha vuelto a descender al nivel de diciembre. Y los índices de confianza siguen cayendo. La desaceleración, reconoció ayer el presidente de la Reserva Federal, 'aún tiene curso por delante'.

Aún era demasiado pronto, manifestó Greenspan, para aventurar si habría o no recesión. 'Los cambios en la confianza de los consumidores requerirán un minucioso escrutinio en el período que se avecina, especialmente después de la caída de los últimos meses', comentó. Otros indicadores en rojo son los de la inflación, que, aunque hinchada por factores muy estacionarios como el encarecimiento de la energía, se encuentra por encima de todas las previsiones. 'Los riesgos continúan radicando en que la economía se mantenga en un sendero incompatible con unos resultados satisfactorios', agregó Greenspan.

Pero, como ya hizo en su anterior discurso anterior, Greenspan intentó calmar el miedo de inversores, empresarios y consumidores a la recesión: el dramático enfriamiento de finales de 2000 es 'menos evidente' en enero y febrero.

Wall Street descuenta desde hace tiempo un nuevo descenso de los tipos de interés. Esta semana han circulado intensos rumores sobre una bajada inminente, antes de la próxima reunión del Comité Federal del Mercado Abierto, prevista para el 20 de marzo. Lo que los inversores querían saber era si Greenspan iba a adelantar el regalo monetario, como hizo por sorpresa a principios de enero, cuando hubo dos subidas de tipos del 0,5% cada una. El presidente de la Fed, como de costumbre, se mostró ambiguo y privó a los mercados de un calendario concreto. 'Hemos especificado de forma implícita, obviamente, que preferimos actuar en el marco de nuestras reuniones regulares', señaló, respondiendo a la pregunta de un congresista. 'Pero también hemos demostrado que cuando percibimos que se requiere que actuemos entre reuniones, no dudamos en hacerlo', matizó.

La mayoría de los analistas monetarios pensaban, hasta ayer por la mañana, que la Reserva Federal podía reducir medio punto los tipos de interés, hasta dejar en el 5% el interbancario a 24 horas. Tras escuchar a Greenspan, la mayoría cree ahora que no habrá novedades hasta el 20 de marzo. Los índices bursátiles de Nueva York caían conforme Greenspan desgranaba ayer un monótono rosario de datos económicos mediocres o negativos.

El euro fue el que recuperó terreno tras las palabras de Greenspan. El cambio oficial fijado se situó ayer en 0,9248 dólares frente a 0,9215 dólares de la mañana de ayer. También el euro ganó terreno con respecto al yen japonés.

Las bolsas no subirán, en opinión de los analistas, si no reciben estímulos monetarios. En este momento, con las empresas reduciendo sus expectativas de beneficios y con una desbandada de los pequeños inversores, sólo la Reserva Fedederal puede reanimar los índices por la doble vía de abaratar el crédito. El presidente de la Reserva Federal indicó en el Congreso que las 'medidas adoptadas previamente' en materia de relajación monetaria se habían revelado 'insuficientes' y que la institución estaba dispuesta a 'hacer lo necesario' para evitar la persistencia de 'una debilidad excesiva' en la economía.

Malestar económico

Greenspan reconoció que la caída en el valor de las acciones contribuía de forma muy notable al 'malestar general económico'. Los ahorros invertidos en Bolsa se han reducido globalmente a la mitad en un solo año (el índice de nuevas tecnologías Nasdaq ha bajado un 51,8% en ese mismo periodo) y el público, que se volcó en la compra de acciones durante 1999 y gran parte de 2000, no quiere ahora saber nada de Wall Street.

Las pantallas de Wall Street siguen ayer el discurso de Greenspan.
Las pantallas de Wall Street siguen ayer el discurso de Greenspan.AP

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