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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Madrid, la limpieza y sus luces

Desde hace unos cuantos meses se observa que la mayoría de los vehículos de limpieza urbana del Ayuntamiento de Madrid han sido equipados con una amplia e intensa señalización luminosa; es tal su intensidad que, cada vez que te encuentras con uno de estos vehículos superiluminados, en vez de una calle de la ciudad parece que te encuentras en una escena de película de ficción. Verdaderamente alguien debería justificar qué se pretende con tanta parafernalia luminosa instalada en los citados vehículos. Hasta hace poco, y de acuerdo a la normativa vigente de circulación, este tipo de iluminación estaba restringida a los vehículos de urgencias sanitarias, seguridad ciudadana y protección civil.

Probablemente haya cambiado la normativa, pero, al menos en lo que respecta al Código de Circulación, no me consta, y desde luego actualmente es seguro que no está permitido un sistema de señales e indicaciones tan confuso y molesto tal y como esta instalado en los vehículos municipales de limpieza. Cabe, por lo tanto, deducir que la normativa debe provenir del propio Ayuntamiento de Madrid, que tiene las competencias en este tema.

El gran número de vehículos de todo tipo actualmente destinados a las labores de limpieza hace elevada la frecuencia con que nos encontramos con alguno de ellos, y lo que en principio no debería alterar nuestra atención resulta atraernos a la vez que confundirnos eficazmente.

Dado el derroche y la espectacularidad lumínica desplegada, más pareciera que Madrid se encuentra inmersa en una especie de alarma permanente.

En estas circunstancias, la percepción de un vehículo de limpieza se hace patente a bastante distancia, pero a priori resulta difícil asegurarlo, ya que lo normal hasta ahora era identificar esas señales con vehículos de emergencia civil.

Por otro lado, resultará imprudente mirar directamente a uno de estos vehículos, ya que la intensidad acumulada es tal que los destellos producen un deslumbramiento instantáneo, con un efecto multiplicador en horas nocturnas. Ese destello puede generar una pérdida de visión transitoria asociada al fenómeno.

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Además, habría que suponer que para los propios operarios municipales esto significará una presencia agresiva visual permanente en su jornada.

Y ello porque, si se ha pensado para crear seguridad en su trabajo, sinceramente parecen existir otros métodos probablemente más efectivos y menos impactantes.

En definitiva, es éste un sistema del cual desconozco su grado de homologación y que produce una molesta contaminación lumínica, pone en peligro la correcta agudeza visual de los conductores, crea confusión con los servicios de emergencia y, además, se encuentra en una dudosa legalidad respecto al actual Código de Circulación.

Todo ello, en lo que se refiere al conjunto de la señalización que porta, debería ser revisado y evaluado seriamente para ajustarlo a unos parámetros menos agresivos y más respetuosos con el medio ambiente de la ciudad de Madrid, aspectos de los que la capital no anda sobrada.

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