La fuerza de la mente
Dos jóvenes de Torredelcampo se proclaman en su pueblo natal campeonas de lucha libre
Parecen dos gotas de agua en un océano varonil. Sin embargo, pocos son los hombres que se atreven a desafiarlas. Aparentemente, sus cuerpos delgados y hasta cierto punto diminutos para el combate pueden llamar a engaño. Pero no hay que fiarse. Antonia Torres y Seba Jiménez no necesitan sólo de la fuerza (que la tienen) para derribar al contrincante; utilizan toda su destreza y excelente preparación física, pero, sobre todo, hacen gala de una extraordinaria fuerza mental.
Las dos jóvenes son las actuales campeonas andaluzas de lucha libre y, desde el último fin de semana, tienen también el título nacional al imponerse en el campeonato disputado en su pueblo natal, Torredelcampo (Jaén). Todo un orgullo para estas dos luchadoras, que en los días previos al campeonato apenas pudieron mantener la concentración necesaria para un evento de este nivel por el bullicio y la expectación desatada entre sus paisanos. No es para menos. Cerca de 200 luchadores y luchadoras de todas las comunidades autónomas se dieron cita en el Campeonato de España de Lucha Libre y Grecorromana -en esta última modalidad, las piernas no se pueden utilizar para atacar o defenderse-, disciplinas deportivas poco conocidas en España y cuyos orígenes hay que buscarlos en los combates que realizaban en la antigüedad griegos y romanos.
Torredelcampo es la excepción a la regla. Más de 100 niños, de cuatro a 12 años, se han inscrito ya en la escuela municipal de lucha promovida por el Ayuntamiento, que ha convertido el deporte en la principal oferta de ocio para la juventud. Primero fue el corredor local Manuel Pancorbo el que desató la fiebre por el atletismo tras sus hazañas en los Juegos Olímpicos y Campeonatos europeos. Ahora, los buenos resultados de Antonia Torres y Seba Jiménez, que han ganado varios torneos internacionales y ya saben lo que es participar en campeonatos mundiales, ha llevado a muchos niños del pueblo a seguir su estela.
Pero más allá de los resultados, la cita deportiva celebrada el fin de semana en Torredelcampo sirvió, sin duda, para desmitificar muchos tabúes sobre esta modalidad. 'Quien piense que este deporte es violento, se equivoca, aquí no se da ningún golpe', asegura Seba Jiménez, estudiante de COU de 20 años y que este año debuta como sénior después de haberlo ganado casi todo como junior. Seba, que participa en la categoría de menos de 62 kilos, lamenta que la lucha libre sólo sea olímpica en el ámbito masculino, algo que le ha impedido a ella optar a una beca del programa Andalucía Olímpica.
En los mismos términos se pronuncia Antonia Torres, de 30 años y de vocación tardía en esta práctica deportiva. 'Antes había estado haciendo defensa personal, pero hace dos años decidí pasarme a la lucha, que me parece mucho más táctica', afirma. Antonia está cuatro kilos por debajo del peso máximo de su categoría, 51 kilos, una circunstancia que puede mermarle la fuerza, pero que no tiene por qué restarle nada de agilidad, elasticidad y estrategia individual. Después de trabajar casi 10 horas en la tienda que ella misma regenta, Antonia entrena hasta cuatro horas diarias. Tantas horas de esfuerzo le han servido para ganar todos los combates -de seis minutos- y alcanzar la gloria ante sus paisanos.
Su entrenador es su propio novio, Antonio Jiménez, el principal artífice de que en Torredelcampo, un pueblo olivarero como tantos otros de Jaén, esté de moda un deporte que hasta hace poco era un perfecto desconocido y que hoy, gracias a dos chicas del pueblo, desafía incluso al fútbol. Pasada la gloria, Antonia ha vuelto a trabajar en su papelería y Seba presume de su hazaña ante sus compañeros de Instituto.
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