'Veo que soy el mejor'
Iván Helguera (Santander, 28 de marzo de 1975) es uno de los personajes de la temporada. Y él se siente así. Desde su irrupción en su centro del campo, el Real Madrid dio un salto cualitativo. También él, que, ambicioso y con un elevado concepto de sí mismo, no se pone techo en su progresión. 'Veo que soy el mejor', dice sin ruborizarse.
Pregunta. ¿Hay alguna regla básica para todo mediocampista?
Respuesta. En el Madrid, la básica es querer el balón. Siempre. Muchos que han pasado por él se han sentido presionados y ha sido difícil que quisieran el balón y confiaran en sus posibilidades. Yo no creo que ninguno haya sido malo, sino que la presión les ha podido. Para triunfar en el Madrid hay que querer ser el dueño.
P. Redondo se pasaba los partidos pidiendo la pelota al grito de '¡dámela, dámela!'.
R. Porque sabía muy bien de sus condiciones. Era muy difícil que se la quitaran porque tenía una gran envergadura, utilizaba muy bien los codos y tenía una gran calidad. Yo, cuando estoy un poco más marcado, me intento desmarcar porque no tengo las mismas condiciones. No tengo su envergadura. Pero tengo más movilidad. Tengo otro cuerpo y otra mentalidad. No puedo hacer lo que hacía Redondo, sino ser yo mismo.
P. ¿Pedir el balón transmite seguridad a los compañeros?
R. Se trata de que, al verte seguro, te lo pasen siempre. De eso hablan los porcentajes. Ahora me lo pasan más que antes. Se sienten más seguros porque estoy jugando mejor. Ven que estoy más suelto.
P. ¿No le parece que no debería aparecer tanto por cualquier zona, por la de los extremos, fuera del carril del medio centro...?
R. Es que yo no juego solo, como Guardiola o Redondo. Tengo a Makelele detrás. Y, como he hecho buenos partidos, me atrevo más a todo. Me voy un poco más al ataque y Makelele se queda en la posición de Guardiola. Aunque no es tan organizador, también sabe jugar el balón. Si yo guardara mi posición más en el medio, no podríamos manejarnos. Este complemento y esa diferencia en nuestro juego hacen que nos acoplemos mejor en el equipo. Si yo me quedase más tiempo atrás, Makelele y yo haríamos una buena pareja de medios centros de un equipo pequeño, no precisamente del Madrid, que lo que busca es meter muchos goles.
P. ¿Se considera un media punta? ¿Un Zidane o un Rui Costa?
R. No tanto como Zidane, porque no se retrasa tanto. Cuando el equipo contrario tiene la pelota, Zidane y Rui Costa se quedan por ahí, sueltos. Yo, no. Me pongo en línea con Makelele para una función más defensiva. Ellos son más medias puntas. Yo intento defender y, cuando tenemos el balón, salgo para atacar. Voy a cualquier parte para apoyar, salir de situaciones complicadas o presionar.
P. ¿Se parece a algún otro?
R. Quizá el jugador que más se parece a mí, y uno de los mejores centrocampistas del mundo, es Scholes, del Manchester United. Marca goles y defiende muy bien.
P. ¿Qué se juega el Madrid en Riazor?
R. Media Liga. Pero para la otra mitad quedará mucho. Si ganamos, habremos dado un golpe muy fuerte al Deportivo. Y, si perdemos, que no lo creo, la Liga cobrará mucha vida.
P. El Barcelona visitará después el Bernabéu. Quizá todo pase por marcar a Guardiola.
R. No lo creo. Contra el Lazio, en el Bernabéu, nadie marcó a Verón. Zoff esperaba que yo le marcara, pero no lo hice. Creyó lo que creen muchos, que soy más defensivo. Eso me benefició porque me dejaron actuar con libertad. Los que están en dificultades y los que nos tendrán que intentar parar son los barcelonistas, porque en casa estamos haciendo muchos goles. En un Madrid-Barça las tácticas no sirven de mucho, ya que hay muchas individualidades capaces de romper cualquier plan.
P. ¿Se siente importante?
R. Todos nos sentimos importantes en el equipo. Pero quizá jugar en el centro del campo te hace sentir un poquito más importante, más responsable. En la defensa también me sentía muy útil. Pero, cuando el Madrid juega bien, los rivales llegan poco y los defensas juegan menos.
P. ¿El vacío que dejó Redondo pesó mucho a la hora de asumir esa responsabilidad?
R. En el Madrid cualquiera de los centrocampistas podría asumir el mando. Tienen condiciones. Lo que ocurre es que hay factores que ponen dificultades. A mí me han afectado los problemas personales. Muchísimo. Luego, está la presión. Y el Bernabéu. Todos pensamos que el fútbol es injusto con nosotros y el estadio con cada jugador. Porque cada vez que pierdes un balón oyes silbidos. Pero, ¡bah!, te tienes que olvidar de todo.
P. ¿Cómo lleva su vaivén entre la defensa y el centro del campo?
R. Me catalogaron de defensa y dijeron que en el centro del campo era un desastre. He intentado demostrar lo contrario y la gente me respeta como centrocampista. Si vuelvo a la defensa, dirán que soy centrocampista. Lo que me gusta es jugar en el centro del campo.
P. En el verano dijo sentirse preocupado porque se le olvidaba jugar como centrocampista.
R. Se juega por instinto. Nunca había jugado en la defensa hasta que llegué al Espanyol y vi que era imposible jugar en el centro del campo. Bielsa no me quería allí para nada. Lo veía. En los entrenamientos me empezó a poner en la defensa. Me dije que ésa era la mía, que si quería jugar debía ser central. Y me dejé todo para jugar en ese puesto. Me mentalicé: 'He sido defensa toda la vida, he sido defensa toda la vida'. Me salió bien.
P. ¿Tiene techo su progresión?
R. No puedo decir que lo tenga. Siempre he creído en mí y sabido que podía hacer lo que hago. Y puedo ir a más. Ningún jugador del Madrid es un paquete. Pero, además de cualidades técnicas, no debes tener miedo. Según Sanchis, los ha habido con miedo a perder el balón, a jugar.
P. Desde la pretemporada que hizo con Toshack, nada más llegar, dijo que se veía como titular fijo.
R. Cuando jugaba en el Manchego, en un periódico local me preguntaron cuál sería mi mayor ilusión y contesté que la mayor desilusión sería no fichar por el Madrid o el Barcelona. Siempre tuve fe y siempre quise jugar. Donde fui siempre me sentí el mejor.
P. ¿Mira a su alrededor y se siente un crack?
R. Sí. Me comparo con los demás y veo que soy el mejor. Para mí, lo soy. Me siento el mejor.
P. ¿No será eso más fuerza mental que condiciones futbolísticas?
R. Puede ser. Pero no lo creo. No pienso en la fuerza mental. Tampoco es la física. Los periódicos me tratan de fortaleza física y dicen que robo muchos balones, pero cada vez robo menos. Cada vez tiro más para arriba y hago alguna... Me dicen sorprendidos: '¡Diste un tacón...!, ¡un sombrero...!'. Como si nunca lo hubiese hecho. Quizá sea por la forma de moverme, que no me veo tan ágil como otros. Soy un poco desgarbado, pero siempre tiré tacones.
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