Mujeres separadas
Quiero felicitar a Estrella López Cabezón por su carta 'Las mujeres separadas', publicada el día 12. Efectivamente, en los últimos años, poco más de una decena, se han creado y proliferado las instituciones y organizaciones sociales, cuyo objetivo no es otro que defender los derechos de las mujeres y, sin embargo, nos encontramos con miles de casos como el de Estrella, donde un irresponsable hace caso omiso a sus obligaciones paternales y no pasa nada.
No pasa nada porque en este país considerado primer mundo, se puede morir de inanición por defender el derecho a la vida, si se ha tenido la mala fortuna de nacer en el Tercer Mundo, y ya lo sabemos los ilegales no tienen más derecho que los que se designan con este término, pero sí es legal utilizar el cuerpo de las ilegales para el uso sexual, en muchísimas ocasiones por esos irresponsables y otros en cualquier garito de carretera, donde se esclavizan y humillan nuevamente a mujeres que huyen del hambre y sufren tales aberraciones para enviar en la mayoría de los casos algunas pesetas a sus hijos, madres, hermanas y demás seres queridos.
Es legal abonar 15.000 ó 20.000 pesetas por mal aparcar un coche, es legal contratar a mujeres peruanas, colombianas o de cualquier otro punto del mundo de donde se escapa para -piensan ellas- tener una vida digna por 50.000 ó 70.000 pesetas mensuales las 24 horas del día; a las españolas sólo las pueden explotar por este precio como asistentas de hogar por cinco o seis horas diarias. Es legal que las madres solas, no casadas, no tengan el derecho a reivindicar ningún tipo de prestación porque han topado con la iglesia.
Éstas son las legalidades y la defensa que se hace en una sociedad democrática cuya Carta Magna expresa que todas y todos las ciudadanos somos iguales ante la ley.-
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