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Una indigente da a luz en el coche que le sirve de casa

Alfonso, el compañero sentimental de Raquel, estaba sentado a las dos de la madrugada de ayer en una valla baja del parque de Casar de Cáceres de Arganzuela, con las piernas cruzadas. Los gritos de dolor y el llanto de Raquel, que se quejaba de un fuerte dolor de tripa, no le dejaban pegar ojo. La pareja improvisó su vivienda hace dos meses en un Ford Escort, de color rojo chillón y matrícula de Málaga, aparcado en batería en la calle de Juan de Vera, entre el citado parque y la cárcel de Victoria Kent, antes prisión de Yeserías.

El mal olor que hay en el interior del vehículo se percibe desde el exterior. El coche está lleno de mantas y ropa apilada. Hay también un envase de leche, galletas, una manzana, cartones -para tapar las ventanas-, dos libros -uno de ellos titulado Pubis angelical-, papel de aluminio, mecheros...

Raquel combatía el frío de la madrugada con una capa de mantas. Ayer no pegó ojo. Las contracciones rítmicas y los dolores del parto le hicieron sufrir. Alfonso afirmó no saber lo que le pasaba a Raquel, que estaba embarazada. A las siete de la mañana, la mujer seguía gritando. Se había tumbado a lo ancho en los asientos delanteros del coche. La puerta del piloto estaba abierta. El parasol de la luna delantera no dejaba ver lo que ocurría en el interior. 'No vi nada. Sólo escuché un llanto de dolor, de angustia, que me causó escalofríos', explicó un aparejador encargado de la construcción de un conjunto residencial en la citada calle.

Dolor de tripa

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Raquel le dijo a Alfonso que corriera a avisar a una ambulancia. Él fue a una cabina de teléfonos cercana y marcó el 091. Le dijo al interlocutor que la mujer sufría un fuerte dolor de tripa. Cuando regresó al coche, Raquel ya había dado a luz. El bebé, una niña, estaba en el suelo junto al coche, en un gran charco de sangre, según informó el Samur 092.

Alfonso ató el cordón umbilical por ambos lados, el de la madre y el de la niña, y lo cortó con una cuchilla que guarda, bien a mano, en el salpicadero del coche. Cuando llegó la ambulancia del Samur 092, Alfonso ya había envuelto a la pequeña en una manta.

Los sanitarios municipales recogieron a la niña y a la madre y las llevaron a la clínica de la Concepción. La joven y su hija están en perfecto estado. La pequeña pesó 2,17 kilos, según fuentes sanitarias.

Raquel escondió su embarazo hasta el último instante. 'Me dijo que le dolía la tripa, pero no que estuviera embarazada', explicó Alfonso a la cadena SER. Raquel vestía una malla negra y un jersey de lana muy amplio, con un chaquetón de plumas por encima, para disimular su abultado vientre.

No es la primera vez que lo hace. Éste es su tercer hijo. En 1989, cuando Raquel tenía 14 años, tuvo su primer bebé, fruto de su relación con un toxicómano de 20 años que trabajaba de albañil. Raquel vivía entoncescon su padre, Alejandro, en Tetuán. La tutela del primer hijo la obtuvo el abuelo materno, que está en paradero desconocido, según fuentes de la Comunidad. Dieciséis meses más tarde, Raquel dio a luz a su segundo hijo, una niña, en unos lavabos. Escondió su embarazo desde el principio. Luego abandonó a la recién nacida en un descampado. El bebé no murió porque lo encontró un vecino tras escuchar su llanto durante horas. La pequeña estaba llena de hormigas. Fue adoptada por una familia que ahora quiere acoger a la niña nacida ayer en el coche.

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