'A los jóvenes ya no les interesa el cómic, prefieren los videojuegos'
Malagueño de adopción, nacido en Madrid hace 31 años, Manuel Castillo es más conocido por su seudónimo como dibujante de cómics: Ramone. Guitarrista y cantante de grupos de rock como Capitán Cavernícola y El Mejor Amigo del Hombre, fue uno de los dibujantes de uno de los personajes más entrañables del cómic hispano underground: Makoki, un agresivo y delirante fugado del frenopático, consumidor de drogas y artista del trapicheo, que crearon Gallardo y Mediavilla. Ahora Ramone expone sus nuevas Pinturas por ordenador hasta el 27 de febrero en Salarte (Málaga).
Pregunta. ¿Ya ha pasado aquella afición al cómic de los setenta y ochenta?
Respuesta. Ya hay otros formatos que interesan más a los jóvenes. Con Internet y los videojuegos, cada vez son menos los que se dedican a dibujar tebeos. Los de mi quinta estamos en otras cosas: diseño de videojuegos, de portadas de discos. Yo he hecho varias para Extremoduro y Albert Pla... Los cómics ya son cosa de adultos.
P. Hay quien dice que las obras hechas con ordenador, como sus paisajes, no tienen mérito, que todo lo hace la máquina.
R. Me da igual lo que digan. De toda la vida me gustaron las maquinitas. Son sólo herramientas para expresarse. Me interesa el proceso de creación. Haces imágenes previas que después vas destruyendo hasta sacar lo que te gusta. El arte lo pones tú. Además estas imágenes son imposibles de hacer con pintura tradicional.
P. Son muy psicodélicas. Parecen producidas por LSD.
R. Que cada cual vea su historia y flipe del todo. Bueno, ahí están los títulos: Blues del peyote, Buda en Chernóbil, Hiperespacio...
P. ¿Sobreviviría Makoki en este tiempo?
R. Lo tendría muy crudo. Pero siempre fue un superviviente. Él y sus colegas eran personajes con chicha, te los podías encontrar en la calle. Pertenecían a un submundo, pero eran auténticos.
P. ¿Con quiénes se inició en el cómic?
R. Primero con los tebeos de la Marvel y luego con publicaciones como El Víbora, Cimoc, 1984, Creepy... Eran buenos tiempos.
P. ¿Sigue leyendo cómics de superhéroes?
R. En los sesenta y setenta se contaban buenas historias: se sabía quiénes eran los buenos. Luego a los superhéroes les dio por comerse el tarro y atormentarse y a las editoriales por publicar sagas inacabables.
P. ¿Y por qué tiene tanto éxito el manga japonés?
R. Porque son dibujos muy sencillos, hay que leer poco y abordan temas ciberfuturistas.
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