El Lobos se come al Madrid
Los blancos pierden de nuevo ante el modesto equipo cántabro
Torrelavega se ha convertido en la ciudad de moda, un lugar en donde este año todo es posible. La gesta realizada por la Gimnástica, el modesto equipo de fútbol de Segunda B, que puso contra las cuerdas al Barça en la Copa, se ha quedado pequeña apenas un mes después. El Lobos Cantabria, un conjunto formado deprisa y corriendo, que cuenta con un entrenador novel, que está sufriendo demasiado por las lesiones y que camina por la ACB con más penuria económica que gloria deportiva, protagonizó de nuevo una gran proeza.
Al Lobos le gusta el cartel de matagigantes. Ya en la temporada pasada derrotó a los blancos (72-69) y al Barcelona (81-80). Todas las urgencias que tenía este modesto equipo, que comenzó la semana como colista, han quedado paliadas con las visitas del Caja San Fernando (el pasado jueves) y del Real Madrid. Dos victorias consecutivas, que dejan a la parroquia cántabra más tranquila y soñando con disfrutar, un año más, de su presencia en la élite de este deporte.
¿Y el Real Madrid? De nuevo se complica. Esta derrota no entraba en los planes del equipo blanco, que ayer demostró no haber entendido el toque de atención dado por el Girona, el pasado viernes. En aquella ocasión, Struelens otorgó la victoria con un palmeo en el último segundo. En Torrelavega, un triple de Alberto Angulo voló sobre la bocina, intentando el más difícil todavía. Pero un tapón impidió que su lanzamiento tuviera un final feliz, a pesar de que los madridistas reclamaron, insistentemente, una falta que los colegiados no concedieron.
Hasta el descanso, el partido se desarrolló conforme al guión preestablecido. Superioridad de la plantilla de Scariolo, que llegó a contar con una renta de 10 puntos. A raíz del descanso, cambió la cara de la moneda. Los locales pusieron más interés, más entusiasmo en dar la vuelta a un marcador demasiado adverso. El resultado: durante seis minutos el Real Madrid se dedicó a ver cómo encestaban sus rivales, que presentaban así su candidatura al triunfo. Surgió la figura de Raúl López, pero con sus 12 puntos no pudo hacer frente a la experiencia de Santi Abad (último fichaje de los cántabros) y de Ruiz Lorente, el mejor, con 21 puntos y 3 asistencias.
Con ventaja en el marcador, el Lobos inició el último cuarto consciente de que la victoria estaba en sus manos. Bastó un trabajo serio en defensa y unas gotas de veteranía para que el encuentro se agotara en el 71-68 final. De nada sirvieron los cerca de 1.000 millones de pesetas que separan los presupuestos de uno y otro equipo. En Torrelavega se puso de manifiesto, una vez más, que no hay que ir a Fátima para creer en los milagros.
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