Muehlegg gana la plata al probarse el dopaje de Isometsae

Johann Muehlegg subió aún más ayer el nivel de su gran éxito en los 20 kilómetros de los Mundiales de Lahti (Finlandia). La medalla de bronce conseguida el sábado se convirtió en plata al confirmarse la descalificación del segundo clasificado, el finlandés Jari Isometsae, que le había superado por 9.4 segundos. La larga mancha del dopaje, sin embargo, ha sido la triste responsable y el mismo Juanito, que se conformaba con subir al podio, lo ha tomado como una mala noticia para el esquí de fondo y para su cuna, Finlandia. Hoy no saldrá en los 30 kilómetros, donde tenía menos posibilidades por su corta preparación tras una gripe previa a los campeonatos, y se reservará para los 50 del domingo.

Isometsae, cuarto en los 15 kilómetros del jueves, donde perdió el bronce por sólo nueve décimas, dio positivo en el control con HES, un producto que aumenta el volumen del plasma sanguíneo, con lo que disminuye el de hemoglobina y el nivel de hematocrito. Es un enmascarador de EPO y por ello hace un año fue ya incluido en las listas de productos prohibidos. El esquiador admitió que se estaba administrando HES por vía intravenosa, pero que no lo consideraba como una mejoría para su rendimiento y que desconocía su prohibición. Sorprendente para un veterano de 32 años como él, pero no tanto si se conoce que eran sus últimos Mundiales tras coleccionar una larga serie de frustraciones al borde de las medallas. Señaló que siempre había tenido problemas con su hematocrito alto y más aún con la entrada en vigor esta temporada de la nueva normativa más estricta. No explicó por qué lo estaba haciendo al margen de la federación finlandesa, pero sí que desechó el consejo del médico de sacarse sangre porque entonces no habría tenido éxito en los Mundiales.

El esquí de fondo, por su dureza, es uno de los deportes que se han encontrado siempre en el ojo del huracán del dopaje, y el primero, antes que el ciclismo, en el que comenzaron a efectuarse controles sanguíneos. Entre los cazados por dopaje ha habido incluso supuestas leyendas, como las rusas Galina Kulakova y Liubov Egorova, tres y seis veces, respectivamente, campeonas olímpicas.