Primera medalla nórdica
Muehlegg gana un bronce que puede ser plata si se confirma un dopaje
Johann Muehlegg continúa su caza. Ayer hizo historia en Lahti, la capital finlandesa del fondo. El esquiador de origen alemán logró para España la primera medalla en unos Mundiales nórdicos. Fue tercero en la prueba de 20 kilómetros, 10 estilo clásico (con los esquís en paralelo) y 10 libre (en forma de patinador), en persecución, según los tiempos efectuados en la primera distancia. Tras esta medalla de bronce, que incluso podría ser de plata si hoy se confirma la descalificación por dopaje del segundo clasificado ayer, el finlandés Jari Isometsae, a Muehlegg le quedan aún dos grandes oportunidades por su mayor condición de fondista: mañana, con los 30 kilómetros clásicos, pero en los que podría no salir al ser el estilo que peor le va, y centrarse, sobre todo, en los 50 libres del domingo.
Si alguien hubiese dicho antes de la temporada pasada que un español (con pasaporte en regla, al margen de su nacimiento) iba a ganar en el año 2000 la Copa del Mundo de esquí de fondo (el circuito de pruebas que consagran al esquiador más completo), le habrían tomado por loco. Si hubiese añadido que en 2001 iba a lograr medallas en unos Campeonatos del Mundo, también habría sonado a mentira sin sentido. Pero después del sonado triunfo de Muehlegg el año pasado, todo es posible en esta fuerza de la naturaleza. Noveno el primer día, el jueves, en los 15 kilómetros clásicos, aún renqueante de una gripe, ayer ya demostró su calidad y potencia. Séptimo en los primeros 10 kilómetros clásicos, hizo una exhibición en los segundos, de persecución. Sólo se le escaparon el sueco Per Elofsson, que logró su segundo título, e Isometsae, que parecía poder subirse por fin a un gran podio y quizá tampoco lo haga.
Pegarse con la nieve
Viendo a Muehlegg esquiar en lucha con los estilistas finlandeses y suecos da la sensación de que se pega con la nieve. Con más corpulencia, su ejercicio enegético es excepcional. Pero igualmente práctico. Será menos estético, pero incluso más asombroso. Sus piernas y brazos parecen más potentes que la mayoría de rivales (compacto con sus 1,84 metros de estatura y 84 kilos de peso) y con el estilo patinador encuentra más superficie para deslizar su potencia.
Salió en los primeros 10 kilómetros con el dorsal 13 y sólo hicieron mejor tiempo antes que él Isometsae, que le sacó 27.2 segundos, y Elofsson, en gran forma para las distancias cortas, 23.9. Después, le superaron otros finlandeses, Mika Myllylae, que haría el mejor tiempo, con 29,4 segundos menos, y Janne Immonen, 17.3; el ruso Vitali Denisov, 5.8, y el sueco Mathias Frederiksson, apenas, 1.7. Muehlegg podía remontar y no tardó mucho tiempo. Cuatro horas después de los primeros 10 kilómetros se dio la salida en la que faltó Myllyae, triple oro en los pasados Mundiales, y que tampoco estuvo en los 15, por su gripe. Un rival menos. Así, Muehlegg ya era sexto y a los 2 kilómetros se colocó tercero. En sólo ese tramo cazó incluso a Immonen, que acabaría abandonando al romper un bastón. Sólo se escaparon delante Elofsson, que enseguida tomó el mando, e Isometsae, que había salido en cabeza. Muehlegg, tirando del grupo con Immonen, Denisov y Frederiksson, siguió recortando segundos con los líderes y en su ritmo infernal empezó a despegar a sus perseguidores a los 6,5 kilómetros.
Hubo un momento en que incluso la plata fue posible. Pero Isometsae resistió por 9.4 segundos, aunque quizá no le sirva de nada. De todas formas, era el primer podio histórico y Muehlegg alzó los brazos en la meta como si hubiese ganado. En realidad, así fue. 'En Escandinavia, y tras mi gripe, esta medalla sabe a oro', dijo. El cántabro Juan Jesús Gutiérrez fue 46º.
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