Pesimismo médico sobre la recuperación del ciclista Javier Otxoa tras el atropello de Málaga
Javier Otxoa, ciclista del equipo Kelme, permanecía anoche con pronóstico muy grave, según los médicos, pesimistas, en el hospital Carlos Haya. Aunque había experimentado una mejoría en la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, el nivel de su coma profundo había empeorado.
El parte reflejaba las fuertes lesiones sufridas por el corredor: grave traumatismo craneoencefálico con hemorragia, la columna vertebral y los pulmones afectados y múltiples fracturas. Al menos, quedó descartado cualquier daño en la médula espinal. Uno de los médicos que le atiende dijo que los destrozos físicos parecían haber sido provocados por una colisión frontal. Fuentes sanitarias afirmaron estar a la espera de señales de estabilidad del paciente para abordar posibles intervenciones quirúrgicas de las lesiones cerebrales.
Los ciclistas fueron atropellados alrededor de las 16.30 del jueves en la carretera autonómica Málaga-Campillos, en el término municipal de Cártama (Málaga), a 21 kilómetros de la capital. Ricardo, cuyo brazo y pierna izquierdos quedaron violentamente fracturados, falleció por un traumatismo craneoencefálico y durante la mañana de ayer se le practicó la autopsia en el cementerio malagueño de San Gabriel. Mientras tanto, Javier se debatía anoche entre la vida y la muerte.
El director general de Deportes de la Universidad de Málaga, Sebastián Fernández López, de 44 años, conducía en un viaje no oficial el turismo marca Volvo que atropelló a los ciclistas. Fernández estaba ayer 'sedado y muy afectado', afirmó un familiar. Respecto al accidente, explicó que uno de los ciclistas, al parecer el situado detrás, pues marchaban en fila, 'se salió del arcén hacia la calzada sin que pudiera ser esquivado'.
La familia Otxoa ve poco probable esta versión y apela a una distracción del conductor, que podría haber perdido el control del vehículo, ya que ni siquiera hay marcas de frenado en la carretera. No pide un culpable, pero sí que se aclaren las circunstancias del accidente, ya que no dispone de información alguna.
Momentos después del siniestro, Fernández acudió a una gasolinera cercana para avisar a las emergencias sanitarias. Los primeros en personarse en el lugar fueron dos médicos de localidades vecinas. La primera ambulancia que apareció trasladó a Javier Otxoa pensando que su estado era más grave. Un helicóptero que, según un empleado de la gasolinera cercana, llegó más tarde por haberse extraviado, transportó a Ricardo, que ingresó ya cadáver en el hospital Clínico de Málaga.
El cuerpo de Ricardo Otxoa fue trasladado ayer a la localidad vizcaína de Berango, donde será enterrado hoy a las 17.30.
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